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La aventura de ser mamá: Los últimos días

  • ALEJANDRA OROZCO
  • 12 dic 2021
  • 2 Min. de lectura

Tuxtla.- Cada vez estamos más cerca del nacimiento de Renata... ya llegamos a las 36 semanas, y el doctor no calcula que llegue a las 38, porque ya pesa 3.100 kilos, y eso es más de lo que Elisa pesó al nacer: Renata viene bien grandota, y gracias a Dios no va a ser parto natural.


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Cada día siento la panza más grande, me siento más agitada y cansada, pero también emocionada de volver a conocer al amor de mi vida y de que nuestra familia crezca, aunque sé que eso conlleva mayores retos y dificultades.


Por ejemplo, esta semana Elisa se nos enfermó cañón, nunca le había dado tan dura la gripe y tos como ahora, que la tuvimos dos noches con fiebre, de las cuales una no dormimos porque se levantaba con la tos, y nos partió el alma verla tan desanimada y enfermita, aunque se recuperó bastante rápido.


La noche que no dormimos, me hizo pensar que cuando tengamos a las dos, va a ser inevitable que una no contagie a la otra, por lo que necesitaremos el doble de paciencia, temple y fuerza para no quebrarnos, y así poder atenderlas a las dos.


Todo va a cambiar muchísimo... pienso que no me va a rendir el día, que de verdad nos harán falta manos para poder con las dos, que no voy a poder regresar al trabajo sin que se me rompa el corazón, ni siquiera sé todavía cómo le haremos para cuidarlas, porque en definitiva mi mamá o mi suegra no van a poder ayudarnos con las dos al mismo tiempo.


Son muchas cosas las que me preocupan... pero también las que me emocionan, como la reacción de Elisa cuando vea a su hermana, el hecho de que ya seamos cuatro, y el volver a ser mamá en sí, además estoy tranquila de que esté creciendo tan bien y de verla tan cachetona en los ultrasonidos.


Aunque ya tenemos la mayoría de las cosas, nos falta meterlas a la maleta, definir bien el hospital y otros detalles de última hora que ya deben quedar listos esta semana, pues el viernes ya estaríamos programando la fecha exacta de la cesárea, que tentativamente hasta ahora será para el 20 de diciembre.


Por otro lado, estos son también mis últimos días con Elisa a solas, son sus últimas semanas siendo hija única, está por enfrentar un cambio radical en su vida y no quiero que lo resienta, aunque sería imposible... pero nadie te prepara para ser papá o mamá, y menos por segunda vez, así que tendremos que improvisar sobre la marcha y hacer nuestro mejor esfuerzo.


También son mis últimos días con esta gran panza, que llegó a sorprenderme con su tamaño, pero que también disfruto mucho acariciar, sentir a Renata moverse y sentir ese brillo que da el embarazo, cosas que pesan más que el dolor de cintura, el agotamiento o el no poder dormir boca abajo.


Quizá este sea mi último embarazo, aunque nos encantaría tener una familia de al menos cuatro hijos, sabemos que la situación es difícil y quizá nos quedemos solo con dos, así que estoy tratando de aprovechar al máximo esta etapa y grabarme bien en la mente cada una de estas sensaciones y recuerdos.

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