La aventura de ser mamá: Ohana significa familia
- ALEJANDRA OROZCO
- 25 may
- 3 Min. de lectura
Tuxtla.- Este fin de semana, luego de muchas amenazas de “si no se portan bien no van”, de que me estuvieran preguntando a diario cuándo se estrenaba la película, y de emocionarme un poco yo también aunque sea adulta, este fin de semana nos fuimos al cine a ver Stitch, la segunda vez de Eli y la primera de Renata ante la pantalla grande, y fue toda una experiencia.

Me puse de acuerdo con mi prima para que nos acompañara con mi sobrino, fuimos por la mañana previendo que no estuviera tan lleno y que, al menos mis hijas, estuvieran bien descansadas y dispuestas para aguantar toda la función, estaban emocionadas y además creo que era la película ideal, porque ya han visto la versión animada muchas veces, entonces saben la historia, los personajes, les emocionó el hecho de verlos en live action, y sinceramente a mí también, igual dije, que si les aburría o no la acababan, al menos no me iba a perder el final.
Para empezar, como tiene mucho que no iba al cine, me sorprendí con los costos de todo, desde los boletos -qué tía me sentí-, además de ver que ya casi nadie compra con algún empleado, desde los boletos hasta los alimentos los pides en línea o en las pantallas, y nada más esperas a recoger tu orden, me pareció bastante práctico si vas con niños, que suelen ser más impacientes y quieren llegar directo a ver la película.
Como fuimos después de desayunar, no se les antojó nada de la dulcería, así que entramos a la sala, y basada en mi primera experiencia con Elisa, les jalé los bancos para niños, para que al sentarse pudieran ver bien, y la verdad nos funcionaron, aunque pasados algunos minutos empezaron a subirse y bajarse, un rato Reno me pidió que la cargara, Eli terminó haciéndolo a un lado, pero al final son niñas y su comportamiento fue totalmente esperado.
También me sorprendió cuántos anuncios pasan al inicio, en mis tiempos eran solo 10 minutos de cortos, ahora son 20, y cada que cambiaban uno tras otro las niñas me preguntaban dónde estaba Stitch… total, que las luces se apagaron, inició la película y sus sonrisas denotaron su emoción, he de confesarles que desde que soy mamá, tan solo con ver el intro de Disney en las películas ya quiero llorar, me da mucho sentimiento recordar que yo veía muchas de esas películas de niña y ahora estar compartiéndolas con mis hijas, me conmueve mucho.

Así que se portaron bien, aguantaron toda la función, solo pidieron ir al baño una vez cada una, lo disfrutaron, les gustó, ya si hablamos de la adaptación, también puedo decir que quedé satisfecha, se sabe que estas películas o reboots no están hechos precisamente para los niños, sino para evocar la nostalgia de nuestra generación, que creció con estas historias y ahora de adultos nos siguen acompañando.
Fuera de las críticas, lo que le recortaron o cambiaron, pienso que mantuvieron la esencia, lo importante, las canciones, lloré al menos tres veces en toda la película y cuando volteé a ver a mi prima ella estaba igual, hasta Reno lloró en una parte triste, con mucho sentimiento, y me di cuenta que las dos son igual de sensibles que yo, y que nos quedan muchas películas para llorar viéndolas juntas; por otro lado también nos reímos mucho, toda la sala se rió a ratos, la recomiendo mucho para verla en familia, o si no tienen hijos y son generación Disney Channel, también vayan a verla.
Así que 9/10 nuestra ida al cine -no le pongo 10 porque como no quisieron palomitas me quedé con el antojo-, seguramente se repetirá, siempre y cuando sea la película adecuada, que capté su atención, una experiencia más desbloqueada, y para ser su primera vez, Reno se portó a la altura, yo les doy un Óscar por su actuación… y si están pensando en llevar a sus hijos al cine, llévenlos, a las mías las he llevado a los 3 años, y ha sido una buena experiencia.
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