La Columna: Me acordé del Chicharito
- Annete Lewis
- 22 jul
- 2 Min. de lectura

No me funen, pero el primer gol de Juan Camilo Agualimpia el sábado con Jaguares de Chiapas, me hizo recordar al primero gol de Javier Hernández con el Manchester United, a Chicharito le pegó en la cara, pero a Agualimpia solamente le faltó eso.
Y no lo tomen a mal, no es que sea malo, al contrario, en ataque, con los que juegan cerca de la portería, no importa la forma o la parte del cuerpo con la que se deba anotar, los goles cuentan igual y entre la afición chiapaneca hay un tema recurrente, hay jugadores con los que hace click pronto y algunos otros de gran categoría, que nada más no le caen.
Pero ya fuera de este detalle, en un empate a dos que debe dimensionarse de la manera correcta, pues Atlante está cerca de su tope, a días de iniciar su competencia formal, mientras Jaguares tiene aún, todo un mes de pretemporada por delante, pero pudo ajustar para llegar en buena forma, no la mejor, pero sí dejó una buena imagen y gran responsable de este tema es Francisco Ramírez, que planteó bien el partido y cuando se fue al descanso en desventaja, tomó el pizarrón, ajustó a su equipo, movió piezas y fue así como se consiguió el empate; después, cualquiera de los dos pudo ganar.
Que el equipo sea versátil es positivo, pero lo es más que el estratega sepa leer los juegos, que se mantenga en buen nivel de intensidad, si desde la banca se transmite eso, en la cancha no hay forma de que no se den los resultados o al menos estarán muy cerca de conseguirlos.
Que les faltan piezas, es obvio que el talento nunca sobra y si los que vienen son necesarios, que vengan rápido para que este equipo comience a rodar lo más pronto posible; después, hay que esperar el calendario y que la afición siga respondiendo como hasta ahora, porque parece que todos los elementos se están alineando para conseguir el resultado que la afición ansía, pero no deben abandonar.
El uniforme… es disruptivo y eso parece que siempre gusta, esta vez sorprendieron con un gris en sustitución del tradicional negro y parece que la afición lo recibió de la mejor manera, ahora, resta que suene la ocarina, que el balón ruede en el Reyna y que todos puedan estar en la misma sintonía, ya hace falta.







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