La Columna: Una imperiosa necesidad
- Annete Lewis
- hace 5 días
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Cuando en Rusia 2018 un autogol terminó sepultando casi el futuro de México en el Mundial, en un yerro de Edson Álvarez, aquellas lágrimas no se entienden hoy. Aquellas lágrimas, imaginamos, eran por el efecto que causaba ese error y quizá, de esa forma, había encontrado Álvarez la manera de demostrarle a la afición que fue un error.
Desde ahí, Álvarez va encaminando su carrera desde la plena humildad de saber meter la pierna y de ser técnicamente bueno, para fincar una carrera que, sin decir mucho, ha logrado ya llegar hasta el Fenerbace turco, tras pasar por el West Ham y el Ajax… quizá nada de otro mundo si comparamos con otras grandes figuras; es más, creo que hasta Gerardo Torrado ha tenido mejor trayectoria, pero no es como para andar comparando gentes y jugadores.
A dónde queremos llegar, pues bien… eso de “Viven en un Country…” vuelve a cobrar vida y es sencillo, desde hace muchos años en México, los futbolistas tienen una imperiosa necesidad de buscar culpables en una situación crítica, alejados de su responsabilidad.
Encontrar culpables de por qué la afición mexicana suele elevar el nivel de exigencia con este grupo de jugadores, parte desde esos temas de llevarse a la Selección Nacional a Estados Unidos por dinero; además, como que si los jugadores tuvieran la capacidad de decidir dónde juega la selección. Nada más falso.
Culpar a la afición de que anímicamente no rinden, tipos que tienen doctor, kinesiólogo, nutricionista, psicólogo, masajistas, consejeros, cocineras, utileros y encima, les pagan por jugar al futbol, que requiere habilidades, pero que, saben, no existe demasiado riesgo, más los que en la tribuna podrían llevar la pasión al extremo. Imaginen eso.
Raúl Jiménez, desde aquel accidente en Inglaterra que lo tuvo al borde de la muerte, deben entender que, su permanencia en el futbol actual, el sitio que tiene en la selección, todavía sigue esperando que, tras tres mundiales, pueda meter un gol. Todo es mercadotecnia para ver cuándo logra superar a Javier Hernández, con quien la gente suele compararlos, pero jamás Hernández habría tenido un exabrupto de ese tipo, lo de él son otro tipo de mensajes.






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