La Columna: Yo si tengo mis dudas

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Aunque jamás cuestionaría las prioridades, porque hay asignaturas en las que no alcanzamos a entender y, por ejemplo, nadie puede negar que entrarle al tema de seguridad en Chiapas, era un menester que no estaba para cualquiera y enfocarse en eso ha sido importante. No sé si eso se esparce a todos lados, no tenemos los detalles precisos, pero e el ambiente permea eso. En un año de este gobierno, a pasos firmes, la seguridad se va recuperando… pero hay mucho camino por recorrer.

Aquí nos toca hablar de deporte, porque en eso si hemos tenido que ir palpando desde que Juan Sabines tuvo la ocurrencia de poner a Martha Ruth Flores Constantino en el Instituto del Deporte y no es que se cuestiona que haya sido una mujer, porque justo en ese tiempo se comenzaba a hablar de equidad, sino porque, a su llegada, Flores Constantino no pudo reconocer que, el sexenio que recibía, había sido el más exitoso deportivamente hablando, de la historia y lejos de buscar replicar, nadie puede olvidar que llego con el “machete desenvainado” despidió a lo que se movía y también nadie puede olvidar aquel momento en el que, con mariachi, un proveedor le llevó una Nitro Negra del año, que le entregaron en el reducido estacionamiento que tenía el Indeporte.

Después, ya no hay forma de encontrar que se destaque algo, parecía que conformar la Secretaría de Juventud, Recreación y Deporte, podía significar un avance, pero se quedó en intención, al final, los intentos fueron vanos y se volvió al Indeporte, con el sexenio más “jodido” que uno pueda recordar y no hablamos de resultados, porque esos suelen variar para bien o para mal, sino el hecho de haber tenido en la dirección al alguien que “conocía las necesidades de los deportistas”, pero terminó conociendo la política y se lanzó del mismo trampolín del que señaló a sus antecesores. El clavado no solo fue malo, terminó enterrándole políticamente y dejando al deporte chiapaneco pensando que, cualquier cosa que pintara diferente, era bueno.

Ahí es donde entra en escena este sexenio, con la duda de quién eligió a Adonaí Sánchez Osorio, que solamente tardó algunos meses en demostrar que no estaba a la altura, que nunca ha estado para ninguno de los cargos que ha ocupado; después, también sería digno que se pudiera escuchar cual es el proyecto de trabajo de la actual directora, porque tengo la impresión que le tira a una curul en la próxima elección de legisladores en el estado, lejos de tener un argumento válido, un proyecto que no sea una cara que trate de limpiar una imagen que se ensució muy pronto para nuestro estado en este primer año de gobierno.