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  • ALEJANDRA OROZCO

La devoción guadalupana en Chiapas: comienzan las peregrinaciones

Tuxtla.- Con el inicio del mes de diciembre, comienzan también los docenarios a la Virgen de Guadalupe, advocación que tiene millones de devotos en todo el mundo y Chiapas no es la excepción, cada año miles de peregrinos de distintos municipios salen con rumbo a sus santuarios, algunos van a la Basílica en la Ciudad de México, otros a la capital chiapaneca o a la iglesia en San Cristóbal, principalmente.


Ya sea a pie, con antorchas, en bicicleta o en caravana, el común denominador es la fe con que todos realizan este recorrido, que les cuesta esfuerzo, sufrimiento, cansancio, pero los lleva a experimentar el agradecimiento y el gozo al culminar el recorrido, dando muestra de la gran devoción que le tienen, ya sea para pedir, agradecer o rendir tributo a la Morenita del Tepeyac.

La Iglesia de Guadalupe

En la capital chiapaneca, este recinto fue fundado el 26 de noviembre de 1953 por el Obispo Lucio Torreblanca y Tapia, una de las arquitecturas más representativas de la ciudad, muy visitada y añorada por miles de guadalupanos en la entidad, se ubica en el primer cuadro de la ciudad, su estilo y colores son ya un referente, nunca pueden faltar las flores y veladoras en su altar.
En el año 2000, el arquitecto Javier Eguía Loria, experto en arte sacro, realizó la última remodelación de la parroquia basada en la arquitectura mexicana, con muros y lozas planos, rústicas mezclas y pintura vinílica, pisos de loseta cerámica en templo y adoquín.
Las comunidades indígenas son un sector representativo del lugar, en quienes está basada la pintura que decora este espacio, con colores vivos que reflejan la imagen autóctona de los altos: morados, rosa mexicano y amarillo ocre, su altar en ocre, tiene piedra blanca originaria del lugar.


Celebración en los Altos

San Juan Chamula, pueblo tan místico como devoto, es uno de los lugares de donde salen los peregrinos, no sin antes cargar pilas tomando café, atole, tortilla a mano, que les dan fuerzas para partir, encomendados a San Juan Diego y a la Virgen de Guadalupe, cargando a cuestas su imagen, a lo largo de 12 kilómetros que abarca su recorrido hacia el Valle de Jovel.

Estos grupos van arribando al recinto durante los primeros 12 días del mes, al llegar, portando el traje típico del municipio, descansan, oran, agradecen, se curan las heridas y comparten el pan y la sal, en este templo se reúnen los peregrinos de distintos puntos, pero motivados por la misma fe.


La iglesia de Guadalupe fue construida en 1835 en un cerro a orillas de la ciudad, se cree que su arquitectura fue mejorada entre 1854 y 1864, a cargo del obispo Carlos María Colina y Rubio, quien recibiera la condecoración de Comendador de la Orden de Guadalupe por parte del entonces presidente Santa Ana; la imagen que se venera fue donada por el deán de Catedral, Lino García en 1850.

En Tenejapa, hay otra tradición muy peculiar, pues cuenta la leyenda que María Méndez, una de las ancestras del tejido tradicional de este lugar, tuvo un sueño donde Santa Lucía le decía que le iba a enseñar a tejer, y fue así como comenzó a hacer pequeños bordados y enseñar el oficio a otras mujeres del pueblo, son ellas mismas quienes realizan una procesión con una imagen de la Virgen de Guadalupe, el copal y la gente de la comunidad cantando y visitando todos los barrios del municipio.

En Pocolum, comunidad que pertenece al mismo municipio, hay una réplica a menor escala de la Basílica de la Ciudad de México, obra dirigida por el arquitecto Felipe Antonio Martínez que tiene una capacidad para mil personas, fueron indígenas de la región quienes la construyeron a lo largo de cinco años, dicen que la Virgen los fue guiando a través del párroco, siendo finalmente consagrada por el obispo de la diócesis.

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