La salud como reflejo de la dignidad humana
- VANESSA TRACONIS QUEVEDO
- hace 6 minutos
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Una mirada con perspectiva de género desde la diversidad e inclusión

​Hablar de derechos humanos desde un enfoque humanista y con perspectiva de diversidad e inclusión es hablar del valor intrÃnseco de cada persona, de su dignidad, y de la urgencia de construir sociedades más justas y libres de toda forma de discriminación. Significa reconocer que la salud –en todas sus dimensiones– no es un privilegio ni una dádiva, sino un derecho humano fundamental.
​Durante mucho tiempo, la atención sanitaria y las polÃticas públicas fueron diseñadas desde miradas homogéneas y neutras que invisibilizaban las diferencias de género, las capacidades fÃsicas o mentales, las condiciones del neurodesarrollo, y los contextos culturales y socioeconómicos que determinan la posibilidad real de ejercer ese derecho. Hoy sabemos que la homogeneidad y la neutralidad también discriminan.
​Existe un error común: confundir "perspectiva de género" con un enfoque exclusivo en las mujeres; en realidad, la perspectiva de género es una herramienta analÃtica que nos permite:
Identificar roles: Analizar cómo los roles socialmente construidos (lo que se espera de "hombres" y "mujeres") generan diferencias y desigualdades.
Visibilizar la diversidad: Entender que estas desigualdades afectan de manera distinta a todas las personas: mujeres, hombres, personas trans, no binarias y, crucialmente, a aquellas con condiciones de vulnerabilidad añadidas.
Incorporar la perspectiva de la diversidad en la salud implica reconocer que las barreras varÃan para: • Mujeres y hombres, debido a roles de género y cargas de cuidado (ej. la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidados que el INEGI documenta). • Personas con discapacidad fÃsica o mental, que requieren accesibilidad, tratamientos especÃficos y un trato libre de capacitismo. • Personas con trastornos del neurodesarrollo, que necesitan protocolos de atención y comunicación adaptados (ej. protocolos en urgencias o diagnósticos). • La comunidad LGBTIQ+, que enfrenta barreras por su identidad u orientación sexual.
​En un estado con altos niveles de marginación como Chiapas, donde más del 75% de la población está en situación de pobreza (CONEVAL 2022), las personas que se encuentran en la intersección de la pobreza y la diversidad de condiciones enfrentan una exclusión agravada.
Esta exclusión se manifiesta en: • Doble Brecha de Acceso y Pobreza Farmacéutica: No solo enfrentan la carencia general de servicios, sino que las personas con discapacidad requieren infraestructura, equipo y personal especializado que a menudo es inexistente. Para quienes necesitan medicación psiquiátrica o tratamientos continuos por condiciones crónicas o del neurodesarrollo, la pobreza farmacéutica se vuelve crÃtica. La necesidad de costear medicamentos especializados obliga a las familias a tomar decisiones inhumanas que comprometen su dignidad y sustento. Lo que la enfermedad exige, la economÃa lo niega. • Violencia Institucional Silenciosa: La falta de protocolos sensibles se traduce en maltrato, estigma o negación de la atención. Una persona con aspecto autista o una discapacidad intelectual a menudo recibe diagnósticos tardÃos o incompletos por la falta de capacitación del personal médico, lo que vulnera su derecho a la salud integral. Por otro lado, la mortalidad materna, por ejemplo, es un indicador de salud que refleja la discriminación y la deficiencia sistémica en la atención a las mujeres.
​Un enfoque humanista parte del principio de que cada ser humano es fin en sà mismo, independientemente de su condición o capacidad. Es mirar a la persona en su totalidad, reconociendo su entorno, su historia y sus condiciones de vida.
​La salud, vista desde esta lente de inclusión y diversidad, no es un costo, sino una inversión estratégica de desarrollo; un ejemplo claro lo da el World Economic Forum (WEF), este organismo ha demostrado que invertir en la salud de poblaciones excluidas tiene un impacto económico multiplicador, especÃficamente en la salud de las mujeres: Según su iniciativa Closing the Women’s Health Gap, el WEF determinó que por cada dólar invertido en la salud de las mujeres, el retorno puede ser de hasta 3 dólares en crecimiento económico y reducir las brechas en la atención médica femenina podrÃa sumar cerca de 1 billón de dólares al Producto Interno Bruto (PIB) global anual para 2040. Invertir en la equidad sanitaria es, por lo tanto, la polÃtica económica más rentable para un paÃs, pues asegura mayor productividad, participación laboral y desarrollo social a largo plazo.
​En Fundación RedSalud Internacional, entendemos que lo que no se mide, no se puede transformar. Por eso, nuestra labor en el Observatorio de Pobreza Farmacéutica, Equidad Sanitaria y Exclusión Social es esencial. Buscamos visibilizar con datos duros y desagregados estas brechas para que las soluciones sean estructurales. Solo midiendo la exclusión en todas sus dimensiones podemos presionar por polÃticas públicas que garanticen una vida digna y saludable para todas y todos.
​Solo cuando la justicia, la igualdad y la dignidad guÃan nuestras decisiones, podremos afirmar que avanzamos hacia un sistema verdaderamente humano y justo.





