Marina Arias, conquistando paladares y el mundo empresarial
- ALEJANDRA OROZCO
- hace 9 horas
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Tuxtla.- En esta ocasión, Gastón y Julio nos presentan a Marina Arias, la mujer frente al restaurante El Mar, una empresaria que desde la infancia ya traía esa chispa del negocio y de los alimentos, le suplicaba a su hermana que en aquel tiempo hiciera de la clara de los huevos el turrón, y que del árbol de tamarindo que tenían hiciera el dulce de azúcar con tamarindo para irlo a vender, mientras no estuviera su papá en casa, se podía ir con toda la familia del pueblo en donde vivía a venderle a sus primos y tíos, hasta a la primaria se iba con su bolsa de dulces a vender.

“Mi abuela fue una gran empresaria, tenía carnicerías, panaderías, hacía y vendía velas, veladoras, jabones, entonces yo me ponía detrás de su escritorio chiquitita, a los ocho años, me ponía a ayudarle a vender y me encantaba, que me compraran y todo eso, lo que ganara lo repartía llegando a la casa, mis padres también fueron muy empresarios, gracias a Dios, tenían la tienda grande en el pueblo, y yo estaba del otro lado dando el cambio, que sonara la gaveta y dar cambio, era yo feliz”, recordó.
Como siempre le encantó el negocio, se puse a estudiar hasta terminar la universidad, ya desde adolescente empezó a vender el marisco, porque su papá era productor de mariscos, y empezó a venderle a todos sus jefes de gobierno del estado, porque trabajaba ahí, pasaban sus choferes a su casa, a su departamento, a comprarle los kilos de camarón, las bolsas de ostión, también se iba a México y se traía toda la mezclilla posible, que en aquellos tiempos se usaba mucho, vestidos, pantalones, pinturas, maquillajes, fue muy feliz y sigue siendo muy feliz, en ese entonces, soñaba con ser grande, con ser alguien que pudiera dar, que pudiera servir, que pudiera ayudar.
“Mi papá mandaba al chofer a Ciudad del Carmen, Campeche, a Sánchez Magallanes, a Paraíso, todos esos lugares yo los conozco perfecto, desde allá traía mucho marisco, que se entregaba desde Tuxtla Gutiérrez hasta Tapachula, te estoy hablando de todos los pueblos, él me dejaba mucho marisco en las neveras y yo me ponía a ofrecer a todos los jefes, directores, secretarios, subsecretarios, compañeras de trabajo, y ya sabían, güerita, te encargo dos bolsas de ostión, ahí pasa mi chofer, empresarios, transportistas, me llegó a conocer mucha gente, porque yo estaba como particular del subsecretario general de gobierno en aquel tiempo y lo visitaban muchas gentes, yo como así soy, atenta siempre, llegaban a ser mis amigos, eran mayores, pero mis amigos y todos me compraban, y yo feliz vendiendo”.
Marina tiene mucha energía, para sus padres fue una niña muy inquieta, muy traviesa, les daba mucha lata de chiquita por lo mismo, pero ya traía esa energía, que a su mamá le daba miedo que se fuera a estudiar a otro lado porque no le tenía miedo a nada, nunca le pasó nada y se defendía, siempre aprendió a defenderse sola, ella tiene sie7e hermanos y es la de enmedio, todos terminaron carrera y todos, gracias a Dios, son empresarios y profesionistas.
“Roca Blanca yo lo abrí en 1985, tenía 22 años, yo busqué el terreno, todos me ayudaron, el gobierno del estado, todos los que les vendía, Marina, yo te consigo este permiso, yo te mando la máquina, el bambú, era soltera, no había terminado bien la escuela, yo creo mucho en Dios, y le agradezco infinito que me haya creado así, como soy, lo abrí jovencita, no sé cómo, no me dio miedo, me impulsaron, algo me dijo, tú éntrale, tú agarra fiado el terreno, en pagos, y el entonces director de Asuntos Jurídicos en Gobierno del Estado me fue a decir, en vez que lo tengas aquí en tu casa en neveras, abre un negocio, no te preocupes, mi mamá tiene un terreno, está muy lejos, pero yo le digo que te lo venda”, relató.
Así empezó su experiencia formal, entonces consigue a la mejor cocinera de Tuxtla Gutiérrez, que trabajaba en un restaurante que se llamaba Costa de Oro en la novena sur y quinta poniente, que tronó por problemas, pero era un restaurante muy caro, solo llegaban diputados, gobernadores, secretarios, cierran y de repente hablando con una amiga le lleva a la señora cocinera, que la iba a ayudar un año, pero ella le pidió dos, le dio la carta, el menú, le enseñó todo, y ella se lo ha enseñado a todas las cocineras que han entrado, por eso no le da miedo que se le vaya una, porque ella lo sabe hacer.

“Desde que estaba en Roca Blanca con mis hijos chiquitos, me llegaban a invitar a entrar al consejo, y yo no, porque guardé mucho respeto y amor a mis hijos, un orden de familia, nunca quise, pero ya estando en El Mar con mis hijos grandes, me invitaron a participar, entonces les dije, permítanme, voy a platicar con mi familia, les platiqué a mis hijos, que no estudiaban aquí, pero estaban de vacaciones, los senté con mi esposo y les empecé a comentar, antes de que contestaran mis hijos, se voltea mi esposo y me dice, no, me quedo así, y luego me dice, mentira, mi amor, tú eres chingona, y mis hijos, sí, mamá, tú puedes”.
El trato fue que solo lo hiciera por dos años, aceptó, hubieron votaciones, salió afortunada, trabajó súper feliz, encantada, maravillada, y le cumplió a su familia porque querían que se quedara otro año, pero dije no, porque ya había hecho un trato con sus hijos, pero en ese lapso de dos años, ha sido la única presidenta, todos los presidentes han hecho muchísimo, labores excelentes, pero ella fue la única presidenta que hizo tres muestras gastronómicas a nivel regional sur sureste.
“Vino Tlaxcala, Puebla, Veracruz, Tabasco, Campeche, por supuesto, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo, vinieron 400 empresarios restauranteros en avión y en camiones llenos, lo que fue Campeche, Tabasco y Veracruz trajeron sus camiones de 45 empresarios restauranteros cargados de marisco, y los que están lejos vinieron en avión cargados de marisco, yo tengo una cámara de 10 toneladas, fue un trabajo titánico, pero me ayudaron muchos jóvenes de Conalep, mujeres y hombres, niñas y jóvenes, a poner nombre, de dónde venían, las ollas para adentro, y yo a llevar a los hoteles a todos los que venían de fuera, fue una cosa tan hermosa, me sentí tan feliz”, recordó.
A ella le gusta mucho trabajar bajo presión, fue en el Centro de convenciones, metieron 3 mil ciudadanos y ciudadanas, todo gratis, se llenaron todas las playas, desde Puerto Arista hasta el Madresal, Playa del Sol, Boca del Cielo, San Cristóbal, Comitán, Teopisca, Tecpatán, Rayón, Ocosingo, Ocotepec, Coita, Suchiapa, con aquellos platillos, con aquel ningüijuti de Suchiapa.
“En uno de esos años le hicimos al fundador de la Cámara un evento precioso y le entregamos un reconocimiento, vino toda la Comisión Ejecutiva Nacional de México, de Canadá, me traje al Presidente Nacional y a toda la Comisión Ejecutiva de Vicepresidentes Regionales y Presidentes de zona de todo el país, porque yo también era Vicepresidente Nacional, y después, a gastar en Chiapas, me los llevé a Chiflón, Lagos de Montebello, San Cristóbal, Agua Azul, Cañón del Sumidero, eran lanchas y lanchas de toda la gente, fue maravilloso, jamás me voy a olvidar”.
Saliendo de Canirac, se quedó un año con sus hijos y su familia, aunque no estudiaban aquí, pero al año la invitan como expresidenta de Canirac a ser presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Chiapas, gana las elecciones y se queda como líder empresarial de 20 organizaciones, solo eran dos mujeres y 18 hombres presidentes, ganaderos, gasolineros, contadores, Canaco, Canacintra, Canirac, colegios de ingenieros civiles, la Cámara de CMIC, el colegio de los otros ingenieros civiles, los eléctricos, hoteleros, todas esas agrupaciones estuvieron a su cargo durante tres años y dijo, ¿por qué el Consejo Coordinador Empresarial de la Ciudad de México, Cúpula, no se preocupa por los estados? Solo por sus 20 empresarios en la Ciudad de México, nunca se preocupaban, entonces se organizaron como sureste, y se fueron haciendo una gran organización de consejos coordinadores, del que la nombraron presidenta, terminó hablando con el presidente del Consejo Coordinador Empresarial del Centro de México, y gestionaron muchas cosas para empresarios.
“Para empezar, tienes que tener seguridad en Dios y en ti, segundo, no tengas miedo, en tercer lugar, tú tienes voz, y con respeto puedes hacer ver las situaciones que favorecen a un mundo, a un núcleo, a una organización, no tengas miedo, lánzate a las más altas esferas para hablar, para llevar la voz de alguien, tienes que hacerlo, no temas, eso sí, siempre con la convicción de servir, de hacer que mejoren las cosas y que se beneficien los demás, o tanto tú, de ahí tú también vas a beneficiarte, porque si todos se levantan económicamente, turísticamente, socialmente, vas tú también ahí, para eso tienes que dar, entregar, abrir el camino y hacer las cosas bien”, consideró.
Entrando en el tema de los libros, señaló que a ella le ayudó mucho la Biblia, con eso ha caminado y de ahí se ha guiado, han habido algunos otros libros, como de la vida de todos los santos, San Agustín, San Francisco, ves su vida, el trabajo que hicieron, su comportamiento, su esencia, sus ganas, ella ha leído a muchos de los santos, ha leído sobre psicología, de donde se ha empapado de ciertas cosas bonitas, de cómo ir para adelante, de cómo no tener miedo, de cómo confiar en ti, de cómo creer en que la gente sí va a trabajar contigo, sí te va a seguir para hacer cosas buenas.
“Lo que he visto últimamente es que está un poquito ríspida la situación entre hombres y mujeres, porque quizá las mujeres lo están haciendo notar mucho, todas las mujeres son muy inteligentes, pero a lo mejor tenemos que ser un poquito más vivillas desde chiquillas, porque como mujer podemos ir haciendo las cosas y meternos hasta la cocina, pero no estarlo diciendo, ni mucho menos ir en contra del sexo opuesto, porque entonces los estamos poniendo en alerta y haciendo que ellos se quieran defender, ahí viene la división, se alían dos o tres y no dejan pasar a la mujer, a veces es obvio, a veces es a sus espaldas, cuando estuve en el Consejo coordinador le di su lugar a cada uno, los apapachaba, los escuchaba, les decía tu puedes, y con nuestra ayuda más, tuve un grupo muy unido, no había junta que faltara uno solo”, comentó.

Añadió que los jóvenes de ahora son muy inteligentes, muy buenos, quieren hacer todo tipo de negocio, no quieren gatear, quieren volar, muchos jóvenes aprendieron de sus padres, pero muchos no, solamente vivieron con ellos disfrutando de lo que hicieron o tenían, pero eso no los hace ser fuertes para determinada empresa o negocio, afortunadamente ahorita tienen mucha tela de donde cortar porque tienen mucha tecnología y de ahí pueden aprender los que no hicieron en casa, el problema es que lo van a aprender a una edad más madura, no recibieron el aliciente desde chicos, la práctica y el esfuerzo no lo tienen.
“Con la inteligencia, la juventud, el vigor, las herramientas podrían hacer maravillosas cosas, mejores de las que hicimos nosotros, estudiando lo que los padres hicieron, que lo recuerden y escuchen consejos, para que su familia sea fuerte, unida, en materia de negocios, esfuerzo, trabajo y administración del dinero… yo sueño con que esta sociedad cambie un poquito para bien, que tenga más educación, así lo vamos a invertir en todo, desde no tocar el claxon a no agarrar un clavo, respetar a tu madre e hijas, a tu amigo, al vecino, que venga la paz, que se encuentren medicamentos para esas enfermedades crónicas mortales que están acabando con bebés, niños, adolescentes, jóvenes y adultos, que haya un mundo mejor para mis hijos, nietos, tener mi vejez tranquila, bonita, paseando, bendecida”, manifestó.
Además, adelantó que su hija vive inventando platillos para el restaurante, por eso siempre hacen eventos, descuentos, hicieron el Buen Fin de la Calabacita, donde tuvieron venta diurna, este fue el primer año y lo van a hacer cada año para que tengan descuentos, promociones, 50 por ciento, hacerlo para que la gente vaya, que disfrute sus locales porque lo merecen, el aire rico, la ciudad completa, los puedes encontrar como Restaurante y Balneario El Mar, ubicados en el libramiento sur oriente, entre Carretera a Villaflores y antigua entrada al zoológico, donde el chef internacional Lester le va a enseñar nuevos platillos, sabores, presentaciones y capacitación al personal, para revisar el menú y hacer una cena con el mejor sabor navideño, para que vayan a deleitarse con esos sabores y estar siempre a la vanguardia.





