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  • ALEJANDRA OROZCO

“Neurocovid”, las secuelas neurológicas del virus

Tuxtla.- El 26 de julio, la comunicóloga Daniela Grajales se hizo la prueba del COVID tras presentar síntomas aparentemente leves: dolor de espalda alta como si fuera estrés, poca fluidez nasal, tos seca... el resultado fue positivo.



Con miedo e incertidumbre, comenzó su tratamiento médico, pero gracias a Dios todo ha salido bien con base en fármacos, tés y remedios caseros para evitar mayor daño al pulmón, aunque no ha sido todo tan fácil como se lee.


“En el tercer día se me baja la oxigenación, después de eso las madrugadas eran muy cansadas por estar checando la saturación, pero gracias a Dios no recurrí al oxígeno”, nos cuenta, y aunque se siente mucho mejor, ha tenido algunas secuelas.


A 19 días de dar positivo a esta enfermedad, comenzó a experimentar miedo a salir, dificultad para conciliar el sueño, se despierta en las madrugadas... incluso cree que raya en la demencia.


“A veces piensas lo que vas a hacer pero se te olvida, se te pasa; al día 14 de la enfermedad me fui a hacer unos estudios y cuando salí no sabía a dónde ir, me sentía rara, luego empezó el dolor de pecho, fatiga, cansancio al respirar, me falta el aire cuando subo escaleras o tramos cortos”, compartió.


Sin embargo, tiene buen semblante ante la adversidad, y recomienda a quienes se encuentran en la misma situación tener paciencia, que no decaiga el ánimo, ya que estar encerrado no es fácil pero esta cepa es más contagiosa, por lo que aconseja evitar el contacto y acatar las recomendaciones médicas.


Consecuencias en estudio


Al respecto, Juan Carlos Gutiérrez, neuropsicólogo, señaló que el COVID-19 puede dejar alteraciones neurocognitivas en pacientes que han salido de períodos de hospitalización, tales como alteraciones en memoria, atención y concentración, lo cual se está llamando “neurocovid”.



“Esto por la prevalencia que tiene la enfermedad a atacar el sistema nervioso central, esto derivado de la falta de oxigenación al cerebro, por lo que llega a haber muerte neuronal”, señaló.


Ante esto, el especialista recomienda elaborar un perfil neuropsicológico del paciente para ver si dichas alteraciones están en los estándares normales, si son leves o moderadas, así como pensar en estrategias de respiración y relajación para oxigenar el cerebro.


También se tiene una intervención a través de habilidades lúdicas, terapia y el uso de un equipo de estimulación magnética que se usa en depresión o alteraciones cognitivas, un tratamiento multidisciplinar para reducir o eliminar las secuelas de esta enfermedad.


Y es que de acuerdo con estudios locales, 4 de cada 10 personas que han padecido COVID terminan con alteraciones de memoria y atención, siendo aún más vulnerables quienes ya tenían previamente alguna demencia o deterioro, mismos que se aceleran con el COVID, y en definitiva se deteriora la calidad de vida del paciente, por lo que se recomienda dar seguimiento y tratamiento de rehabilitación una vez superada esta enfermedad.

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