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  • AFP

Pandemia ha puesto en evidencia la violencia familiar


Recordemos que en este año, por primera vez se dio el paro nacional de mujeres, el 9 de marzo, un día después del Día Internacional de la Mujer. El movimiento en contra de la violencia de género #UnDíaSinMujeres o #UnDíaSinNosotras, la intensión fue que mujeres de todas las edades y regiones, de todos los sectores económicos y sociales suspendieran cualquier actividad, que no produzcan ni consumieran, que no asistieran al trabajo o a la escuela ni salir a la calle. Al final la idea fue que la ausencia de las mujeres se hiciera visible en la vida cotidiana. El paro nacional de mujeres fue lanzado como un acto de demanda de valor y respeto por la vida de las mujeres. Además de buscar visibilizar la importancia e implicaciones que un día sin mujeres tiene en la sociedad, la economía, la educación, el trabajo, la familia. ¿Por qué hago mención de está fecha memorable?, porque tal parece que ya se olvido; y es que fue la pandemia quien puso a prueba la concientizacion de todos. Parecia que estas acciones marcaría al 2020 como un parte agua para la igualdad de genero y la disminución de violencia contra la mujer. Pero no fu así. Una pandemia llegó al mundo y ha traído consecuencias muy severas, especialmente en el sector salud y en la economía. Pero no solo ahí. El día de las madres este año transcurrió en plena fase 3, con más contagios y hospitales en diversas ciudades del país saturados. Definitivamente, el coronavirus señala con reflectores muchos problemas estructurales en nuestro país, entre ellos los relacionados con la equidad de género. Las acciones de confinamiento y la suspensión de clases de los niños, tienen un impacto en la participación de los padres en los cuidados, especialmente de las mujeres. A muchas mujeres, ni el día de las madres las salvó de realizar su carga de trabajo en el hogar, al menos por un día. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), a través del reporte “Información sobre violencia contra las mujeres (Incidencia delictiva y llamadas de emergencia 9-1-1)”, registró, de enero a marzo del 2020, un total de 170 mil 214 llamadas reales por violencia familiar en todo el país. La gráfica muestra que ante el confinamiento a causa de la pandemia por COVID-19, les guste o no a las autoridades del gobierno federal, el nivel de violencia contra las mujeres en el país aumentó al grado de tener un promedio alto de mujeres violentadas por hora. Esto demuestra una realidad dolorosa en este país. Una realidad que no se puede ocultar con nada. Por el contrario, a ésta se le debe nombrar y señalar para poder combatirla, para buscar reeducar a la sociedad y que al hacerla visible se le pueda conocer y enfrentar. Está violencia siempre ha existido, no es de ahorita, solo que hace 30 años no había gráficas tan elaboradas ni sistemas que llevaran una base de datos que mes con mes nos revelaran lo grave de esta situación que parece ir en aumento. Es más, nos acostumbraron a normalizar este tipo de violencia y a repetir patrones conductuales que aún nos persiguen y que tenemos que deconstruir en nuestra faceta ahora como padres, amigos o parejas. Lo importante ante esta situación es que el gobierno federal lo tome enserio, debe crear estrategias para reducir los actos de violencia familiar. Ya que en marzo y abril pasados, con cerca de mil 296 y mil 650 denuncias respectivamente. La violencia familiar, de acuerdo con la Fiscalía General del Estado, presentó incrementos, al menos en marzo y abril pasados, con cerca de mil 296 y mil 650 denuncias respectivamente. Mientras que el año pasado, alcanzaron mil 237 y mil 646, respectivamente. Y no solo hablemos de violencia sino lo que deja ver este tiempo de confinamiento; porque al parecer también existe sobre carga para las mujeres en casa, por la pandemia.

E s así como, la pandemia vuelve a poner sobre la mesa la distribución de los cuidados en los hogares, donde las mujeres realizan la mayor parte del trabajo. A pesar de que las mujeres cada vez tienen mayor participación en el mercado laboral, no sucede lo mismo con la participación de los hombres en el hogar. La reducción de la brecha de género requiere un enfoque multidimensional, que cuestione los factores culturales y construcciones sociales de lo que se espera que hagan los hombres y las mujeres, entre otros. De verdad preocupa, seria bueno que las autoridades hagan algo, después vendrían las muertes por violencia familiar o violencia contra la mujer.

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