Plan fiscal de Trump ¿afectará a la economía del país?
- EDITORIAL
- 4 jul
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El secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, ha planteado una perspectiva optimista respecto al reciente plan fiscal propuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En medio de un clima de tensiones comerciales y la inminente revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), las declaraciones de Ebrard ofrecen un interesante punto de vista sobre cómo este paquete fiscal podría influir en la competitividad mexicana.
Ebrard destacó que, aunque el nuevo sistema fiscal podría parecer intimidante por su naturaleza reformista y los estímulos que ofrece a las grandes empresas estadounidenses, la verdadera esencia de la competitividad radica en factores más allá de las cifras fiscales. “La productividad y las ventajas logísticas que México ofrece son determinantes”, aseguró durante una conferencia de prensa. Esta afirmación subraya un aspecto crucial: la capacidad de producción y la infraestructura del país, que siguen siendo pilares fundamentales para mantener una posición competitiva en el mercado internacional.
El funcionario hizo énfasis en las ventajas comparativas que México posee sobre otros competidores, como Vietnam. Mientras que el costo de entrada al mercado estadounidense para productos vietnamitas podría oscilar entre un 35% y 40%, México se beneficiaría de un costo promedio de apenas 6%. Este dato no solo resalta la competitividad de México, sino también pone de relieve la importancia de entender el contexto global actual, donde las decisiones de inversión no se toman únicamente en función de incentivos fiscales, sino también considerando aspectos como la infraestructura y la estabilidad del mercado laboral.

Además, Ebrard planteó que los incentivos fiscales propuestos por Estados Unidos podrían tener un impacto limitado, ya que las empresas suelen valorar otros factores de mayor peso a la hora de decidir dónde localizar su producción. Estos elementos incluyen la calidad de la mano de obra, la infraestructura existente y los acuerdos comerciales que facilitan el flujo de mercancías entre países. En este sentido, México sigue siendo un destino atractivo para la inversión extranjera, especialmente en el sector manufacturero.
Pese a la preocupación que genera la inminente implementación del nuevo plan fiscal en Estados Unidos, la visión de Ebrard sugiere que, en lugar de ser perjudicial, esta situación podría acentuar las ventajas competitivas de México en el contexto de una economía global en constante cambio. Sin embargo, es fundamental que el país continúe fortaleciendo sus capacidades logísticas y productivas, y que aproveche la oportunidad de posicionarse como un líder en manufactura, no solo a nivel regional, sino global.
Así, mientras el Senado estadounidense ha dado un paso adelante al aprobar este ambicioso plan fiscal, queda por ver cómo se desarrollará la discusión en la Cámara de Representantes y, más importante aún, cómo continuarán respondiendo tanto México como el resto de los países afectados. La proactividad y la adaptabilidad serán claves en este proceso y definirán si, efectivamente, el nuevo esquema fiscal resulta ser un reto o una oportunidad para la economía mexicana.






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