Rugby, el dilema de un deporte 'glocal'
París.- El debut de Francia en el Mundial de Rugby lo vieron 15,4 millones de personas. El partido inaugural de Les Bleus en el de fútbol de Catar, 12,5 millones. World Rugby pretende invertir 660 M€ para llegar a 2025 a los 10 millones de jugadores. El rugby, el dilema de un deporte que aspira a ser global sin perder su arraigo local. Estrategia glocal.
"Tenemos la voluntad de crecer mundialmente, pero conservando las mismas virtudes de nuestro deporte, entre ellas las del arraigo local. Así han hecho en Chile", explica a EFE Didier Lacroix, el presidente del francés Stade Toulousain, el club con más Copas de Europa de rugby.
Lacroix estima que el país sudamericano, debutante en este mundial con jugadores hasta hace muy poco aficionados y procedentes casi todos del mismo club fundado en 2019 (Selknam), es un ejemplo a seguir.
Para el presidente y exjugador, se trata de crecer sin dejar de lado la identidad local de una modalidad identificada con el respeto a las reglas y al adversario, la camaradería y la simplicidad.
"El 75 % de nuestros jugadores son locales, de un radio de 150 kilómetros", detalla Lacroix, quien cita a la estrella de su club y de Les Bleus en este mundial, el medio melé Antoine Dupont, nacido en Lannemezan, a 125 kilómetros de Toulouse.
Un caso que dista de lo que sucede en el fútbol de élite, tan globalizado que es cada vez más complicado encontrar canteranos en unas plantillas regadas por cientos de millones de euros.
De hecho, la mercantilización del deporte, encarnada en los miles de millones anuales que mueven baloncesto, fútbol o la Fórmula 1, ha pasado, de momento, de lado en el deporte del balón oval, en gran parte por razones históricas.
El rugby, nacido a mediados del XIX en Inglaterra, se fue expandiendo primero en Gran Bretaña, pasó luego a Irlanda y otros países europeos (Francia e Italia) y más tarde a las antiguas colonias británicas de Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia. En Sudamérica, inmigrantes ingleses lo introdujeron en Argentina.
RUGBY VS FÚTBOL
¿Cuánto vale el rugby actualmente? Si tomamos como ejemplo Francia, una potencia de este deporte, los derechos de retransmisión de su campeonato están todavía muy por debajo del fútbol: 100 millones al año por el rugby y casi 700 por el todavía deporte rey.
Pero el organismo rector de este deporte a nivel mundial tiene un plan. World Rugby pretende invertir 570 millones de libras (660 millones de euros) para llegar a 2025 a los 10 millones de jugadores y aproximarse a los 30 millones de futbolistas.
Dentro de ese plan de expansión, figura Estados Unidos, país organizador del mundial de 2031 (de la variante más popular de 15 jugadores, como la del actual torneo de Francia) y donde el fútbol americano ha arrinconado históricamente al rugby.
"El mayor desafío es el de la continuidad. Si después del mundial se seguirá jugando. En Estados Unidos y en China las becas universitarias se dan para deportes olímpicos, el rugby con 7 jugadores lo es, pero el de 15 todavía no", reflexiona el presidente del Stade Toulousain.
Para el consultor en márketing deportivo Vincent Chaudel, el desarrollo internacional de rugby 15 es difícil por el alto número de jugadores que se necesitan (hasta 40 en una plantilla). "El rugby 7 puede crecer más rápidamente, porque los perfiles necesarios son más fáciles de encontrar", sostiene en declaraciones a EFE.
¿Y las marcas? Según Chaudel, se sienten cada vez más atraídas por los valores del rugby. "Se dice que es un deporte de canallas practicado por caballeros y el fútbol es lo contrario".
Y es que la limpieza del rugby, en el que al contrario que el fútbol no hay protestas a los árbitros, ni violencia o insultos racistas en las gradas, puede ser muy interesante para la promoción comercial.
Mientras, en Francia, la salud del rugby es incontestable y con gran margen de progresión en el norte del país, donde aún escasean los clubes profesionales. Detrás del fútbol, es el segundo deporte con más licencias (318.000) y más horas de televisión (564).
En el partido inaugural de Les Bleus ante la poderosa Nueva Zelanda (27-13) registró una colosal audiencia, de 15,4 millones de telespectadores, superando al fútbol. En el debut de Francia en el Mundial de Catar, en noviembre de 2022, fueron 12,5 millones.
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