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  • RUBÉN PÉREZ

Sin tregua, agresiones entre Aldama y Chenalhó

Tuxtla.- Pese a que hace como un mes la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación al gobierno de Chiapas para que se busquen los mecanismos de solución al conflicto armado entre Aldama y Santa Martha, Chenalhó, las agresiones entre ambos municipios aún continúan.



En un documento, la Comisión Permanente de los 115 comuneros y desplazados de Aldama (Comisión Permanente) informó al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) que, durante la semana del 8 al 13 de noviembre pasado, se intensificaron los ataques armados en contra de las comunidades de su pueblo maya tsotsil.


Estas agresiones se desarrollaron en el contexto del inicio de la temporada de cosecha de café, en medio de la emergencia sanitaria por covid-19 y las afectaciones por lluvias en la región.


De acuerdo con los reportes, fueron atacadas las comunidades de Xuxch’en, Koko’, Tabak y San Pedro Cotsilnam, en Aldama. Los disparos provienen de los puntos conocidos como: El chino, Tocoy, Slumka, Telesecundaria, Tojtik, El Volcán, Tulantik, El Rancho, Alcantarilla y T’elemax, en Chenalhó.


Algunos testimonios indican que “como es temporada de corte de café, muchos pobladores tienen sus cafetales en Xuxch’en, Koko’, Tabak y van a sus parcelas a trabajar y ahí es donde les disparan, también cuando van caminado o en vehículo y pasan por el puente de Tabak, es ahí donde se intensifican los balazos”.


En Tabak, revela el informe, hay ahora trabajadores que construyen viviendas, “a ellos también les disparan desde Santa Martha. De hecho, el jueves 12 de noviembre entró la policía del estado y también les dispararon”.


También reportan disparos de armas de fuego hacia las comunidades de Stselejpotobtik, Yetón, Ch’ivit, Ch’ayomte´ así como a la cabecera municipal de Aldama. Los disparos provienen de Tijera Caridad, K’ante, Templo, Panteón, Vale’tik, del lado de Chenalhó.


“La simulación de la paz deja en la impunidad las agresiones y alienta el escalamiento de la violencia de la cual responsabilizamos a los gobiernos de Chiapas y al federal”, detallaron.


Para ellos, esta situación de violencia crea un ambiente de miedo en la población de las comunidades ubicadas en los límites de Aldama y Chenalhó. “La crisis de derechos humanos en la región Altos se intensifica por los desplazamientos forzados, la situación de emergencia sanitaria por covid-19 y por las afectaciones que provocaron las lluvias recientes”.


Organizaciones como el Fideicomiso para la Salud de los Niños Indígenas de México han alertado riesgos de hambruna en comunidades de pueblos originarios de Chiapas.


De acuerdo con el “Frayba”, la población prácticamente está incomunicada, sin acceder a sus tierras de trabajo y sin ayuda humanitaria suficiente e integral desde el Estado mexicano, lo cual aumenta la vulnerabilidad en la que se encuentran en su mayoría mujeres, niñas, niños y personas mayores.

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