Suchiapa celebró al Santísimo Sacramento
- ALEJANDRA OROZCO
- 9 jun 2023
- 3 Min. de lectura
Tuxtla.- Esta semana, Suchiapa estuvo de fiesta, ya que se celebró su fiesta más importante: Corpus Christi, que inició desde el martes y tuvo su día más importante el jueves, es una tradición católica con toques místicos de la cultura zoque y elementos que se han ido añadiendo y la gente los va apropiando, es una fiesta llena de color donde participa gente de todas las edades, todos felices de ser parte de este evento que los unifica y les da identidad.

Cuenta la leyenda, que en el año 5, pobladores encontraron durante su cacería la Hostia Consagrada encima de un árbol al que conocen como tinco, ahí yacía el Santísimo Sacramento custodiado por iguanas, tigres o jaguares, venados y la serpiente emplumada o Quetzalcóatl, por lo que año con año conmemoran este hallazgo a través de danzas y disfraces para representar a todos estos personajes.
Uno de los elementos más importantes es la Danza del Calalá, que otros llaman Danza del Gigante, este baile de origen prehispánico se efectuaba con la intención de ahuyentar el mal y pedir por una buena cosecha; “Calalá” viene de “Calaahlau”, un término que significa “donde viene el venado”.
Los personajes principales en esta celebración son el Calalá, el venado, los Tigres, los jaguares, el Gigante Emplumado, que es Quetzalcoatl, el Gigantillo, o Rey David, las Reinitas y los Chamulas o caseros; el Corpus Christi de Suchiapa es una de las expresiones religiosas y culturales auténticas de Chiapas.

El martes se celebra al Padre Eterno, desde días antes salen a bailar las Reinitas y los Chamulas, pero es justo el jueves cuando tiene lugar la conmemoración de Corpus Christi, 60 días después del domingo de resurrección, en la madruga se comienza con la Topada y a lo largo de todo el día, grupos de danzantes llegan a la Cofradía y a la iglesia de San Esteban Mártir, haciendo las representaciones de las batallas o luchas entre los tigres, el venado y los chamulas.
Niños y jóvenes, incluso adultos mayores, pobladores de todas las edades asisten vestidos de alguno de estos personajes, gritan ¡jule, jule! y rinden adoración al Santísimo Sacramento, así como al árbol tinco, llevan veladoras, flores y sus oraciones, las mujeres también acuden a orar y otra parte se encarga de la comida y la bebida.
Doña Yuliana lleva más de cinco años como comidera tradicional en esta fiesta, este año dieron caldo de res con hierbabuena, y en la tarde barbacoa, dice que cuatro canales de res fueron utilizados para su elaboración, además las pozoleras estuvieron batiendo el cacao y el maíz todo el día, ya que le dan de beber y comer a todo el que acuda a la fiesta, calculan que unas 300 personas lo hacen.

La fiesta llama la atención de extranjeros, quienes fotografían cada momento y se dejan llevar por el color, así como la música tradicional de tambor y carrizo, hay distintos sones que van acompañando cada momento, y otro rasgo típico de la fiesta, es que quienes tienen iguanas, ya sean pequeñas o grandes, las sacan a la calle, como parte viva de su atuendo.
“El garrobo, la iguana, viene como añadidura que el casero se fue a cacería, donde fue a cacería iba encontrando las iguanas, ahí fue que ya lo mataban, pero ahorita lo usan viva como para el baile”, señala don Porfirio, habitante de este municipio, quien narra que en la comunidad de Pacú, cercana a la cabecera, incluso se ofrece de comer la iguana, así como antes quien representaba al Calalá tenía que dar venado, o el Gigante daba de comer gallada.
Don Feliciano, por otro lado, tiene 85 años, y recuerda que cuando era niño le tocó representar al Gigante, aunque ya está grande, sigue asistiendo puntual año con año a su cita con esta tradición, iguana al hombro, dejando en manos de Dios la partida de su esposa y dos de sus hijos, con la vestimenta del Chamula y mucha fe que se refleja en sus ojos y arrugas.

“La tradición es con iguana… yo ando malón pero vengo a sacar mi candela; yo desde pequeño empecé, salí de gigante, un año recién casado con mi mujer, la costumbre de aquí, el que baila el día del Padre Eterno pura gallada da de comer”, nos refiere.
Esta fiesta termina el día domingo, y el pueblo espera un año más para volver a salir a las calles, es una fiesta llena de algarabía, misticismo y devoción que atrae a los visitantes de dentro y fuera del estado, a menos de una hora de la capital del estado y que aún conserva la tradición zoque, a la par de la fe católica, el sincretismo entre ambas ideologías que se vuelve una tradición inigualable.
Comentarios