Tuxtla Gutiérrez: entre la modernización y la memoria viva de sus barrios
- NOĆ JUAN FARRERA
- hace 2 horas
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Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas desde 1892, experimentó durante el siglo XX una transformación radical en su imagen urbana. La modernización acelerada trajo consigo el desarrollo de una ciudad vanguardista, pero también la pérdida de gran parte de su patrimonio arquitectónico y de los rasgos que caracterizan a otras urbes coloniales de México.

De acuerdo con el historiador Roberto Ramos Maza, los cambios arquitectónicos iniciaron desde el siglo XIX, intensificÔndose en la segunda mitad del siglo XX, cuando edificios históricos fueron demolidos o modificados para dar paso a construcciones modernas. Esto ocasionó que el centro histórico de Tuxtla no conservara un perfil arquitectónico definido, a diferencia de ciudades vecinas como San Cristóbal de Las Casas o ComitÔn.
En su desarrollo urbano, la capital chiapaneca atravesó distintas etapas estilĆsticas, desde el neocolonial hasta el funcionalismo y el modernismo, reflejando las corrientes arquitectónicas nacionales de cada Ć©poca. Sin embargo, esta constante sustitución de edificaciones, dificultó la preservación de la identidad visual de la ciudad.

Pese a la pĆ©rdida material, la memoria intangible permanece en barrios tradicionales de lo que fueron San Miguel, San Jacinto y Santo Domingo, este Ćŗltimo aĆŗn existente, espacios que todavĆa guardan huellas de su origen fundacional. Celebraciones religiosas como la fiesta de San Roque, vigente desde el siglo XIX, continĆŗan siendo ejes de cohesión comunitaria, demostrando que las tradiciones resisten mĆ”s allĆ” de las transformaciones fĆsicas.
La historia de Tuxtla tambiĆ©n se conserva en relatos orales, fotografĆas familiares y prĆ”cticas cotidianas que evocan su pasado zoque, colonial y republicano. Para Ramos Maza, la capital enfrenta hoy el reto de reconocer y valorar esa memoria, pues los cambios abruptos han dejado en el olvido gran parte de su origen e identidad.

La capital chiapaneca se muestra entonces como una ciudad moderna, pero con un legado cultural vivo en sus barrios, tradiciones y narrativas comunitarias, que constituyen un atractivo turĆstico y patrimonial para quienes buscan comprender la riqueza histórica de Chiapas mĆ”s allĆ” de lo monumental.