Un domingo de ciencia y tecnología
- Redacción
- 19 feb 2024
- 2 Min. de lectura
Este fin de semana, quisimos salir de la rutina y llevar a las niñas al museo y al recorrido de dinosaurios, Elisa antes les tenía miedo, pero ya tenía varias semanas diciéndonos que quería ir a verlos, así que nos despertamos este domingo con la agradable sorpresa de que el clima estaba bastante fresco y no había sol, desayunamos y nos fuimos.
Acudimos al Museo de Ciencia y Tecnología de Chiapas, yo ya había ido a hacer entrevistas muchas veces pero nunca había llevado a las niñas, estaba prácticamente el lugar para nosotros solitos y comenzamos haciendo el recorrido por Sbeel Dinosaurios, un sendero donde hay distintos tipos de dinosaurios, algunos se mueven, hay guías y es un recorrido interactivo, me atrevo a decir que hasta nosotros como papás aprendimos datos nuevos sobre estos animales y las niñas lo disfrutaron mucho.
Aunque para Renata todos eran “tiranosaurio Rex”, Eli sí puso atención a las explicaciones, no tuvo miedo y le gustó bastante ver a los dinosaurios moverse, hacía preguntas y comentarios, y aguantó todo el recorrido caminando; a Renata la tuve que cargar porque obviamente está más chiquita, se cansaba y los tramos que sí caminaba íbamos muy lento, creo que están en la edad mínima para poder disfrutarlo, aunque he de confesar que no siento mi brazo porque Reno ya está bastante pesada.
Al finalizar, entramos a las tres salas de exposición permanente, que si bien son bastante interactivas, algunas sí son para niños más grandes, la de sustentabilidad por ejemplo, o la de biodiversidad, las recomiendo más para niños de primaria o secundaria, aunque sí les llamaron mucho la atención porque todo lo querían tocar y accionar, lo único que no pelaban era las explicaciones de las guías.
La sala de energía fue nuestra favorita, porque había espacios más adecuados para ellas, como una sala de espejos, o máquinas donde podían mover pelotas, incluso cargaron a su papá con un sistema de palanca, y hasta Rodrigo y experimentó las leyes de Newton exponiéndose a que casi le aplastara la cara una bola de boliche.
Nuestro recorrido en total duró hora y media, ya no nos quedamos a la ludoteca porque ya estaban cansadas, pero creo que el espacio está bastante bonito y adecuado para que jueguen.
Por lo general, con Renata aún cargamos la carriola precisamente porque se cansa o no camina rápido, pero fue una buena elección no bajarla en este recorrido porque se hubiera atorado con la grava del recorrido jurásico, para la parte del museo sí se puede andar sin problema porque los senderos están pavimentados y hay bastantes rampas.
Si bien es difícil salir con niñas chiquitas, y no pararon de correr, gritar y pedir ir al baño, yo decidí dejarme fluir, para que no nos estresáramos y todos disfrutáramos la experiencia, creo que al final de cuentas se logró, acabamos todos cansados pero aprendimos cosas nuevas, salimos de la rutina, las niñas se divirtieron y conocieron un lugar nuevo, les juro que cada vez se hace menos complicado, o al menos más viable, salir con dos toddlers a la calle, ya estoy pensando a dónde será nuestra próxima aventura.












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