Ahora sí, es tiempo

Annete Lewis

Un día antes de la eliminación, se armó la gorda en conferencia de prensa, Miguel Herrera afirmaba que el América es más que cualquier equipo de la MLS y seguramente sus palabras, como en la mayor parte de las veces, se llevan a un terreno en el que después debe confirmarlas en la cancha y es ahí donde falla.

Para mala fortuna de Herrera, no hay manera de alinear a la historia, la tradición y los títulos; es decir, en el futbol actual ya no hay manera de hacer para que los juegos se ganen con la playera y menos cuando se trata de un rival que es de una liga en la que está siendo menospreciada; después, en los programas de análisis secundan a Herrera, pero no siempre hay una justificante para estas derrotas.

América puede no tener el mejor plantel, puede tener ausencias importantes y puede contar con un plantel; sin embargo, a esta versión del América le hace falta algo que debe premiar en el día a día de un americanista, primero la autocrítica y después la sangre. Parece que, como sucede con el banquillo, cualquiera puede ir por la vida presumiendo de americanismo, pero cuando hay que sacar pecho y ser americanistas, dejan en evidencia que no conocen que morder no es lo mismo que agredir, que meter la pierna no representa cometer faltas arteras y lo por, que cuando el futbol escasea, es momento de sacar eso que se pone para imponerse.

Pero el América demostró que cada vez está más lejos de una idea futbolística que le pudiera permitir acercarse al resultado deseado, a ese que le obliga su historia y después, volver a ver la versión más vulgar de Miguel Herrera en el medio tiempo, deja un desencanto que volvió a dimensionar de mala forma la derrota que le propinaron en semifinales. América está ante una de sus peores crisis, pero no hay manera de que se reconozca.

¿Por qué la crisis?, es simple, porque estas situaciones suelen crear diferencias entre el plantel, más los que son exhibidos por el estratega, los que quieren salir, los que pudieron llegar pero s desencantan con estas acciones, estas derrotas. La relación del estratega con sus soldados no vive los mejores años y para colmo, la afición exige cada vez más que se demuestre americanismo y ante eso, no hay argumento que pueda sobrevivir, se necesitan resultados.

No habrá cese, Herrera no tendrá opciones. Me gustaría que sucediera y que el “piojo” entrenador, aceptara una oferta de un equipo que le exija ser estratega, que saque su mejor versión y que no le otorgue ventajas de un plantel basto y lleno de figuras. A donde fue (Tecos y Veracruz), no ha conseguido mucho que presumir.

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