Cecilia Cancino, rescatando a cultura a través de la música
- ALEJANDRA OROZCO
- 18 may
- 9 Min. de lectura
Cecilia Cancino es originaria de San Cristóbal de las Casas, desde pequeña siempre le llamó la atención la música, no se visualizaba como cantante, aunque como niños ni tenemos límites, ella pensaba que tenías que vivir en CDMX para ser cantante, siempre le gustó cantar, siempre lo hizo de manera empírica, sin embargo la vida la fue empujando a aprender más, cuando entra a la preparatoria decide dedicarse a la música, aunque pensaba ser guitarrista, y es que existen muchos tabúes, aunque ya se han roto muchas creencias, la música es bastante difícil, de hecho al principio, cuando le dijo a su mamá le dijo, solo los borrachos se dedican a la música, estudia otra cosa.

“También quería estudiar veterinaria, pero mi mamá me decía que si estaba segura, yo tenía un vínculo con un maestro del Cobach a cargo de la materia de música, él me orientó, hay varias escuelas de música, en Chiapas había una, de ahí en Puebla y México había más, estaba aprendiendo guitarra popular, mi mamá ni me había escuchado tocar de manera formal, entonces se hace un concierto para demostrar lo que se había aprendido con una rondalla, ahí canto como solista y toco, tenía como 16 años, eran puros boleros, eso influyó en mis gustos musicales, primero con los hermanos Domínguez, luego otros tipos, cubanos y mexicanos, terminando el concierto se acerca mi mamá y me dice, wow, para mí fue muy importante sentir su apoyo, es difícil cuando no lo tienes, me dijo que no tenía idea de qué tanto me apasionaba y de que sí se tiene que estudiar, sin decirme nada empezó a investigar y me dijo, si es lo que tú deseas adelante, te voy a apoyar, para mí es muy importante”, dijo.
Estudiar es algo importante, porque cuando hablamos de técnica vocal, pensamos que es para poder cantar mejor, sin embargo ayuda a encontrar y definir un estilo propio, ayuda al cuidado vocal, la ejecución de nuestro instrumento, a tener más resistencia y no lastimarte para hacerlo muchos años, ella se pensaba como guitarrista de música clásica, no consideraba ser cantante, la atrapó la guitarra, empieza a ir a clases de guitarra clásica, a estudiar con otro maestro, empieza a investigar y decide estudiar en Puebla, sin embargo la vida sabe, y situaciones familiares difíciles no le permitieron irse, sí fue difícil, su hermana mayor se puso muy mal, no sabían qué tenía, ni había dinero para pagar, recuerda que su mamá gastaba tres mil pesos en una pastilla a ver si le funcionaba, pasó un año para que la diagnosticaran con lupus, en ese tiempo no era muy conocida, y luego falleció.
“Al ver a mi mamá, dije, me voy el siguiente año, sigo preparándome, me metí a trabajar 15 días a una tienda de ropa y me salí, pero mi mamá estuvo muy insistente, me llaman para un interinato de primaria, fui el primer día, ya llevaban tiempo sin clases y ellos me enseñaron a mí cómo guiar su curiosidad en la guitarra, descubrí que era algo muy noble y me gustaba, ahí empecé a tener amor por la docencia, toda la familia seguía pensando que no quise estudiar, que me iba a morir de hambre, cuando empiezo a cubrir interinatos, que eran bastante bien pagados, dije, puedo ser maestra, tener mi plaza, aunque ahora hay más proyección de la mujer en la música, era muy extraño ver a una mujer con guitarra, dedicarse a la música, la mayoría de mis amigos hombres, ahorita estoy muy feliz de ver más mujeres, sin embargo somos minoría, se les adjudica que si eres mujer nada más puedes cantar, es difícil ver a un hombre cantando porque dicen que es para mujeres, antes era más pronunciado, que la batería, los metales son de hombre, cuando la mujer demuestra que tiene la misma fuerza de ejecución está bien, pero generalmente era canto, piano y violín para mujeres, es bueno ver otras chicas en otros instrumentos”, opinó.

Luego, Ceci entró a estudiar en la Unicach Gestión y promoción de las artes, le llamó la atención porque en la primera propuesta curricular se llevaba un año de cada arte, y era en fines de semana, justo tener la experiencia de estar en teatro, de conocer cómo se maneja un escenario de manera más consciente, ayuda a pararse frente a un público, la literatura ayuda a ampliar la perspectiva de lo que podemos hacer, todas las disciplinas, teatro, danza, música, literatura, se interconectan, incluso en pintura, el movimiento de la mano, tienen mucho en común, ya no pensaba dedicarse como músico sino como maestra, aplicó para una plaza pero nunca le tocó, era difícil los parámetros para hacer el examen, estuvo cinco años como maestra interina, y qué bueno, porque si hubiera alcanzado la plaza no hubiera estudiado música.
“Me dedico a la gestión cultural, que también me llamó mucho la atención, antes no sabía, y va vinculada como cantante para hacer, proponer y llevar a cabo proyectos, gestoría cultural, dejo la guitarra de lado, me vuelvo cantante de regadera, la vida te empuja a tu camino, entonces se abre una convocatoria para el coro de cámara de Coneculta, me entero, y aunque es música clásica hay soprano, mezzo, contra alto y las voces que más faltan son las graves, me animo por este lado, aunque no había tenido clases formales de música sí tenía conocimiento empírico, cuando hago el examen quedo, no lo podía creer porque la mayoría de músicos y cantantes que quedaron habían o estaban estudiando la carrera en música, se sacaron de onda, no les quedaba claro cómo fui aceptada, sin embargo en el proceso, en el camino, acepté, porque de niña me encantaba cantar a juego de voces con mi hermana, estar en un coro para mí era lo máximo, una de las experiencias laborales más gratas que tuve y definió mi paso a la música de manera definitiva”, compartió.
En este marco, quiso agradecer a Sanabria, una músico cubana que radica en Xalapa, porque gracias a ella quedó en el coro, había maestro de canto, pianista, partituras, era un proyecto establecido, sí le ayudó porque empezó a tener clases de canto de manera profesional, cantar con los compañeros con más trayectoria le ayudó a mejorar su solfeo desde la música clásica, como no había dejado de lado la gestoría, también apoyaba en el Festival de Jazz Las Casas, que ya no siguió por falta de apoyo económico, pero traía músicos de Estados Unidos, México, tuvo la oportunidad de conocer esta música, de conocer cantantes de blues, a una cantante de San Francisco famosa, otra basada en música latinoamericana, incluso la invitaron a cantar, a partir de ahí dijo, quiero estudiar música de jazz.
“Yo me entero de la Universidad Veracruzana, que tenía canto de jazz y no había límite de edad, y dije me voy, todos me decían estás loca, cómo vas a dejar tu trabajo, pero si no lo hacía me iba a arrepentir, mi mamá me dijo, tú ya me diste un título, si ya te quieres ir adelante, pero ya no te puedo apoyar al 100 por ciento en gastos, tú no conoces Veracruz, pero ya había buscado y reservado una renta, ya había visto Google Maps, mi mamá confió en mi, renuncié a este proyecto que después se terminó el presupuesto y ahí acabó, dije, si tengo esta oportunidad ahorita, si estudio música se me van a abrir más puertas, dije, si no quedo me pongo a trabajar, pero sí quedé, y me dediqué de manera profesional al canto de jazz”, compartió.
Varias personas le dijeron que se quedara a estudiar a la facultad de la Unicach pero solo tenían canto clásico, o jazz pero no en canto, y no es lo mismo, eso le permitió ser la primer cantante profesional de jazz y abrir el área de canto jazz en la Unicach, y es que piensa que muchas cosas influyeron, la pandemia fue una de ellas, fue la n arma de doble filo apegarnos más a la tecnología, porque no había ese límite entre trabajo y casa, eso también pasó con la academia de canto, el semestre que se aperturó nos fuimos a pandemia, pero también los vinculó con gente de todo el mundo, hay una cantautora, Martha Gómez, que vive en España y ofreció el taller ‘el oficio de hacer canciones’, ella la admiraba como cantante, tenía que tomarlo, iba con una mentalidad en formación musical, progresiones, acordes, armonías, y se encontró con que había muchísima gente conectada y el 1 por ciento eran músicos, resulta que el taller iba enfocado en la literatura, la oralidad con la música, que le dio muchos recursos y herramientas de composición basadas en poemas, sonetos, conoció música muy linda, ese fue un factor importante para su siguiente proyecto.

“Pasó el tiempo y tuve la oportunidad de conocer personas de la cultura zoque, amigos con una visión hermosa desde esta perspectiva, agradezco conocerlos, esta forma de hablar, pensar, expresarse ante los fenómenos de la naturaleza me llamaba mucho la atención, yo ya tenía algunas ideas de hacer composiciones basadas en la letra, no tanto en la armonía, cuando a veces lo básico es lo más hermoso, en todo el taller yo compuse una canción basada en una receta del dulce de higo que es tradicional de San Cristóbal, lo que hice fue grabar a mi abuelita, hasta la fecha no lo sabe, me fue diciendo paso a paso, esta perspectiva de prestar atención a la fonética a la palabra me hizo ver esta visión, en el caso de las recetas no de manera verbal, le vas tanteando, este tipo de expresiones son importantes para tener en cuenta”.
Por ejemplo, le decía que llevaba agüita de cal para lejía, en vez de agua con cal, que ayuda a una cocción más pertinente del higo, todas estas formas y coloquios le encantaron y dijo, tienen que estar en la canción, lo fundamental era el habla, no sabía si hacerla de recetas coletas o de Tuxtla, pero al estar con estos amigos, le empiezan a contar recetas zoques, y dijo, estaría genial, van detrás de una tradición gastronómica, ritual, espiritual, uno de ellos la contacta con una comidera para enseñarle las recetas, le encantó y dijo, lo voy a proponer para el Pecda, quedara o no quería hacerlo, tenía miedo en el sentido de las fechas de entrega, para no forzarlo, pero se arriesgó y ha sido una experiencia muy linda, que le ha permitido conocer la manera de hablar, expresarse, enaltecerlo, esta manera de fusionar la oralidad, la literatura a través de la música es maravilloso, y como cantante más.
“Hice una pieza mensual, en total cinco canciones para poder montar y ensamblar cada una, hay muchas canciones basadas en recetas, como La cumbia del mole de Lila Downs, que habla de cosas que se hacen en Oaxaca, como que se toma Torito, los ingredientes pero no paso a paso, lo mezcla con la historia de un amor, en mi caso dije, tienes que tener la oportunidad de poder hacer esta receta, yo quería dar a conocer los ingredientes, el proceso de la receta y algo previo de los rituales, hice la misma dinámica, grabé a la comidera y en este proceso de elegir qué palabras usar de ella y conjugar con las mías fue algo bastante interesante para poderlo proponer, el sentido musical de decir qué género, cómo hacerlo, tiene que ser popular, para mí sería pretencioso hacer algo de jazz, se podría pero quería llegar a más gente”, mencionó.
Ella de niña escuchaba cumbias, boleros, salsas, quería que fuera popular, no tenía definidos los ritmos, quería hacer un son, una cumbia, un reggaetón, un huapango con ranchero, las puedes escuchar en su página de Facebook Cecita Cancino, ahí están los dos conciertos didácticos que hizo, también va a estar subiendo las canciones por separado por ahí o en YouTube, los conciertos didácticos los hizo para explicar el previo de cada receta, también se encontró con la parte de la pronunciación, aquí la apoyó su amiga Griselda Díaz, hablante y maestra de zoque, además la escribe, la manera de expresarse es distinta.

“Cuando terminé de componer estaba muy satisfecha, vencí mi miedo de tener tiempos estipulados para componer cada pieza, no quería que fuera por obligación, las musas estuvieron de mi lado, todas me gustan muchísimo, es difícil decir esta es mi favorita, una se la cantaba a mi bebé de 10 meses, es un son chiapaneco y le gustó mucho, reconoce las canciones y esta que le canto teniéndola en mis brazos le gusta, Sandra Cecilia es una bendición en mi vida, amo que esté conmigo, deseo que esté rodeada de mucha música, de todos los estilos, no es necesario que se dedique a eso, las artes le van a ayudar muchísimo a expandir su forma de ver el mundo desde la belleza de las cosas simples y también a nivel complejo, estoy feliz de que pueda crecer rodeada de estas cosas, tuve la oportunidad en el área de canto de aportar mi granito de arena a Chiapas y estados aledaños, a quienes querían dedicarse a esto y no había ahora pueden, espero que mi hija se sienta bien y retribuir a la sociedad”, compartió.
Finalmente, añadió que hizo una composición basada en un poema de Rosario Castellanos, el director del centro cultural la invitó a participar en el marco del homenaje a la escritora, a componer una canción y presentarla, es la musicalización de un poema, fue bastante bueno componer con todos los instrumentos, al final le gustó muchísimo, la van a estrenar el miércoles en la tarde en la explanada del centro cultural, es de lo más cercano, y la presentación que tienen pendiente de sus canciones en julio en Berriozábal, con la finalidad de descentralizarlo, sería genial llevarlo a todos los municipios, son recetas que vale la pena conocer, probar y apreciar cómo hablamos.









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