Códigos en el antro con Eray Suárez
- ALEJANDRA OROZCO
- hace 55 minutos
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Tuxtla.- Tal parece que el tema de hoy es el mero mole de Lili y May: códigos en los antros, que aunque ya no van siempre, lo disfrutan muchísimo, así como algunos bares, y es que la palabra antro encierra mucha diversión, mucha alegría, y además siempre se encuentran amigos buena onda, estos lugares nocturnos son para pasarla bien, no siempre para irte a embriagar, para escuchar música que está en tendencia, saludar a las personas que quieres, por eso hasta el outfit va ad hoc con la ocasión -que por cierto, nos dijeron que ya no se usa ir de tacones al antro-.

“Hoy les vamos a presentar a un personaje de antros, una personalidad, es super conocido, él ha estado en diferentes lugares, es un buen amigo, lo queremos muchísimo, siempre nos hace honor y preferencia cuando llegamos, aunque sea super tarde, siempre nos recibe con una sonrisa, mi amigo nos da la mejor mesa y nunca lo había tratado, hasta hace poco que logré platicar con él y dije, qué persona tan linda, él es Eray Suárez”, presentaron.
En estos momentos él trabaja en Madison, pero ha estado en varios lugares aquí en Tuxtla luego de 25 años en antros, él empezó con un lugar llamado Giovanni Music, por la novena, era una galera, un bar del señor Rodolfo Carlos Fonseca, ahí empezó como ‘levantamuertos’, es decir, levantaba los vasos sucios, ahorita ya le cambiaron a garrotero, era chalán del mesero, que aprendió observando.
“Ahí yo empecé trabajando, me daba por bailar, pero me daba pena, después de ahí, yo me iba mucho a la Feria Chiapas, tenía 16 años y llegaba a los ensayos de los mandiles, que eran los chavos guapos, atractivos, que se hacían la coreografía de la música que estaba de moda, abrían pista, porque antes todos los antros tenían pistas para bailar, a eso ibas, y aparte los mandiles eran como que ibas a ver a un artista, eran muy guapitos, era el show”, explicó.
Entonces, se lastima un chavo, no puede bailar, solamente eran cuatro cuando la coreografía era de cinco, ahí le dicen, échame la mano, y como ya había visto tantos ensayos, empieza a bailar, y la dueña que llegaba y cuidaba, dijo que él bailaba mejor, en aquel entonces estaba de moda Mario Bros, y les manda hacer unos overoles y unas playeras blancas, y fue el boom, luego, hicieron otro antro en Tapachula llamado Denny’s, y los mandan para allá.
“Nosotros llegamos como artista, yo no sabía nada, yo fui ahí con el señor, a abrir pista del antro nuevo, nos llevan un programa en la radio, y nosotros así como ¿qué? No hablamos, era una cabina enorme, teníamos los micrófonos y yo, ¿Qué digo? Luego en el antro, llega una cervecera y nos ponen playeras, camisas, gorras, yo estaba sorprendido, había mil gentes en ese antro, entramos por la parte de atrás, así como artistas, y cuando abren la puerta se siente el calor, en aquel entonces estaba el DJ Bombón, y nos presenta por primera vez en Tapachula”, recordó.
Para él fue algo increíble, una experiencia tan bonita, no era el dinero, era la pasión de bailar, después se va a bailar en diciembre a la Feria Chiapas, donde antes, en la zona de antros, ponían las tarimas y todo mundo se ponía a bailar, él no tomaba ni jocote curtido, no sabía nada de alcohol, de repente, se pone a bailar y lo empiezan a seguir todos, lo quedan viendo dos personas y uno le dice, ¿quieres bailar con nosotros? Ve tal día a ensayar, era Colors, en el Hotel Arecas, ahí estaba Fester, Chepe, Juan Carlos Mundo, Eduardo y él.
Y es que junto a Singles, Húngaros y Shake, Colors fue de los antros más populares, también recordaron que antes hacían fiestas de prepa, como Encuentra tu media naranja, ahí empieza a bailar, todo el mundo lo hacía, y empezaban a bailar su paso, lo que ellos buscaban era que prendieran a la gente, y a él le salía espontáneamente.
“Mi señor padre toda la vida fue trailero, siempre se iba a muchas partes, hizo un viaje a Nuevo Laredo, Texas, y se trajo una antena parabólica, un día prendo la tele, sale MTV y empiezan a salir videos, entonces, me quedaba embobado en la tele, yo veía los pasos y agarraba mi espejo, o en el baño, y ahí estaba yo practicando, cuando ya las ponían en el antro, ya me las sabía, yo lo único que quería era disfrutar”, señaló.
Después, le dicen que vaya a probar en la Baby, en el Callejón Zapata, en aquel entonces, no tenía una solvencia económica, llega caminando y estaban ensayando en una mini pista que había pegada a la cabina, y se acuerda perfectamente que le hicieron cara de fuchi, porque no es agraciado, y de ahí le empiezan a decir negrito, recuerda que a la primera le agarra de volada al baile, le dicen que regrese en la noche y lo hace pero con miedo, porque a sus papás no les gustaba que saliera.
“Allá no prendían, porque era la gente más nice, había mucho aceite ahí, lo digo como es, de repente, me dicen, vas a esta prueba tres días, y me da un bote para regalar chupe, esta broma no la voy a olvidar nunca, y me dice, si no te lo acabas no entras, y me daba pena, hasta que me lo acabé y me dijo que era para que regalara, y se empezaron a reír todos”.

De repente, se llamaba sábado de caos, estaba al full el antro y le dice, aquí está tu prueba, aquí está tu silbato, ya tenía su mandil, ya era lo máximo, y le pide que haga lo que hizo en la feria, se pone a bailar y toda la sección empieza a bailar como lo que él hacía, y de repente la otra, y así comenzó una carrera de 12 años en Baby.
“Yo me fui a Playa del Carmen, tenía una pareja y me costó adaptarme por el inglés, allá es el 90 por ciento y se me complicaba, me dice un amigo, tú eres bueno en antros, voy a uno que se llama Clandestina que es de Grupo Rosa Negra, con la experiencia buscando ser gerente, ya no bailaba, y me dice, ármate esto, yo no sabía dónde me estaba metiendo, pegamos el golpe y buscando que esté lleno el antro de mujeres poníamos bebidas gratis para ellas”, recordó, y es que uno de los códigos del antro es eso, que haya más mujeres para que jale, y hasta un mega bono se ganó en esa ocasión.
“El encanto del mandil, sea uno feo, guapo, es bailar, una clienta en Madison me alza la mano, la subo, y se pone a bailar las coreografías de nosotros, y me quedé así, pero para mí, Zhío fue un parteaguas, conocí gente importante de mi vida, al amor de mi vida que me dio un hijo, ya no es mi esposa pero ahí la conocí, ese lugar fue el boom, abrió muchas puertas para mi, ahí fui gerente con Rodrigo Fernández, ahora, a mi hijo le gusta bailar, ya tiene 18 años, lo llevé pero fueron sus tíos los que lo subieron a bailar, yo nunca le he enseñado”, relató.
Añadió que tiene cinco antros que nunca va a olvidar en su vida, el número uno siempre va a ser Zhío; el número dos, Daddy, cuando estaban las jaulas; número tres, cuando se fue a estudiar la carrera de educación física en Tampico, hay un antro que se llama Biblos, que es una pirámide, ahí no pagó un clavo porque se puso a bailar; la otra es el Daddy de Acapulco, donde estaba fascinado porque ahí vio a Luis Miguel que estaba en su mesa, que es su ídolo, y el último antro es el Patrick Miller en la Roma, que los viernes tiene un ambiente retro.
“Hoy en día te da miedo llevar una amiga guapa al antro, me ha pasado que me piden que les consiga el número de alguien, pero les digo que yo solo soy RRPP, que no soy esto, incluso me han amenazado, porque hay chicas guapas y ese es el tema, que ha cambiado demasiado, a veces mando mensaje y me dicen, voy a ir porque tú estás ahí, me da seguridad tu experiencia, a veces me hablan y me dicen, va para allá mi esposa, lo que me pida yo te transfiero, llegan con sus amigas y ya me conocen porque son clientes de años”, señaló, despidiéndose entre retos, bailes y muy buen ambiente.





