Escribir para sanar
- VANESSA TRACONIS QUEVEDO
- 30 abr
- 4 Min. de lectura
En nuestra sociedad, el impacto de cualquier enfermedad o trastorno relacionado con la salud mental ha sido minimizado en su totalidad; la depresión y la ansiedad, ambas con efectos incapacitantes, son vistas como exageraciones de personas muy emocionales, lo anterior se magnifica cuando se trata de hombres, en una sociedad patriarcal se generalizó la cultura en la que el hombre debe ser reservado en sus sentimientos, por lo que exteriorizar cualquier tipo de emoción, para nosotros los latinoamericanos, es un signo de evidente debilidad e incluso de falta de hombría; no es casualidad que la incidencia de suicidios sea mucho mayor en hombres que en mujeres. Lo anterior se hace evidente, en terribles expresiones, que aún hoy en día seguimos escuchando, que hacen referencia a que aquel niño que llora o que incluso tiene una sensibilidad artística mayor, “parece una niña”.

A finales de la década de los 70´s Howard Gardner y sus colaboradores de la Universidad de Harvard emitieron la Teoría de las Inteligencias Múltiples; en razón de ella, la inteligencia académica (la más conocida y que se exterioriza con la obtención de titulaciones y méritos educativos) no es un factor único para conocer la inteligencia de cualquier persona, por lo que resultaba necesario establecer un concepto de "inteligencia" abierto y plural que contemplara otros aspectos del neurodesarrollo individual.
Lo anterior, se hace evidente en aquellas personas que, a pesar de obtener excelentes calificaciones académicas, presentan problemas importantes para relacionarse con otras personas o para manejar otros aspectos de su vida diaria, lo que se resume en que para la teoría de Gardner y sus colaboradores se puede establecer que Albert Einstein no posee una mayor inteligencia que Michael Jordan, sino que cada uno de ellos desarrolló un tipo de inteligencia diferente.
En resumen, dicha teoría establece hasta ocho tipos de inteligencia distintas:
1. Inteligencia lingüística, definida como la capacidad de dominar el lenguaje y establecer una comunicación asertiva con los demás.
2. Inteligencia lógico-matemática, se refiere a la capacidad para el razonamiento lógico y la resolución de problemas matemáticos. Los test de coeficiente intelectual (IQ) se fundamentan en este tipo de inteligencia y, en menor medida, en la inteligencia lingüística.
3. Inteligencia espacial, también llamada inteligencia visual-espacial, es la habilidad que nos permite observar el mundo y los objetos desde diferentes perspectivas.
4. Inteligencia musical, es la que permite reconocer y componer tonos y ritmos musicales con gran talento, permitiendo la facilidad para tocar instrumentos y leer o componer piezas musicales.
5. Inteligencia corporal y cinestésica, la misma se basa en las habilidades corporales y motrices, en resumen es el talento utilizar el propio cuerpo, es decir, la coordinación de los movimientos corporales.
6. Inteligencia naturalista, misma que permite detectar, diferenciar y categorizar los aspectos vinculados al entorno, como por ejemplo las especies animales y vegetales o fenómenos relacionados con el clima, la geografía o los fenómenos de la naturaleza.
7. inteligencia intrapersonal es aquella inteligencia que nos habilita para comprender y controlar nuestro ámbito interno en lo que atañe a la regulación de las emociones y del foco atencional. Los individuos que destacan en la inteligencia intrapersonal son capaces de acceder a sus sentimientos y emociones y reflexionar sobre estos elementos, esta inteligencia también nos permite ahondar en la introspección y entender las razones por las cuales cada uno de nosotros es de la manera que es.
8. Inteligencia interpersonal, es la que nos permite advertir cosas de las otras personas más allá de lo que nuestros propios sentidos logran percibir, a través de ella interpretamos las palabras o gestos, es la capacidad para empatizar con las demás personas.
La referida teoría de las inteligencias múltiples, viene a colación porque, una sociedad que no atiende al desarrollo de las capacidades intrapersonales e interpersonales de aquellos que la componen es una comunidad condenada a sufrir una crisis de salud mental, no solo en su futuro, sino en su presente.
Lo anterior, nos hace estar convencidos que resulta esencial establecer programas para desarrollar la capacidad individual para interiorizar en nuestras emociones y conocer cada uno de los aspectos emocionales que no nos permiten desarrollarnos integralmente como personas sanas, en dicho sentido muchas de las pruebas proyectivas utilizadas por profesionales de la salud mental, buscan precisamente que el paciente pueda exteriorizar sus emociones que permanecen en el inconsciente.
En consecuencia, un medio excelente para que cualquier individuo pueda efectuar un viaje al interior de su consciencia, que le permita conocerse y establecer un conocimiento de aquellas emociones que le aquejan, es precisamente la escritura creativa.
Al exponer en una historia ficticia, todo lo que tenemos resguardado en nuestro interior, consciente e inconscientemente, estamos realizando una catarsis que nos permitirá comenzar un proceso de sanación.
El escribir nuestra propia historia nos brinda la gran oportunidad de desarrollar nuestra inteligencia lingüística a la vez que establecemos una conexión intrapersonal que también nos permitirá acrecentar esa misma inteligencia, si lo anterior lo efectuamos a través de un taller en el que otros individuos efectúan el mismo proceso, también evolucionamos en el aspecto interpersonal de nuestra inteligencia, al escuchar y vernos reflejados en la historia de otros de una manera empática.
Finalmente, al narrar nuestra historia sanamos, y al conseguir un desarrollo holístico como individuos, extendemos dicho proceso, en primer orden, también a nuestra familia al establecer con ellos una relación más fuerte y saludable, y finamente con toda la sociedad, al ser individuos empáticos preparados para comprender lo que aqueja a otros.

Todos los anteriores aspectos desarrollados pueden alcanzarse a través de un proceso que conjuga de una manera coordinada la técnica y conocimientos prácticos para escribir nuestra propia novela, asistidos por un profesional en la salud mental que nos guía en nuestro proceso de conocimiento interno.
En Redsalud Internacional, trabajamos en el desarrollo y difusión de todos aquellos programas que permiten establecer una sociedad más saludable y equitativa, si tienes interés en conocer más sobre éste programa “Escribir para Sanar” desarrollado por el escritor J. F. Domínguez Aguilar, autor del libro “Para decir adiós: las dos princesas; que ha utilizado su escritura para alcanzar un desarrollo holístico en su vida, en colaboración y coordinación con la Psicóloga Gema Gutiérrez, para hacerlo llegar a cada persona que lo necesite. Si están interesado puedes establecer comunicación con ellos al 961 113 2801, disponible a partir de 12 años.
“Escribir para sanar es más que un acto creativo: es un camino de autoconocimiento y conexión con los demás que nos transforma, nos fortalece y nos humaniza.”Si quieres sumarte a nuestro movimiento, contáctanos: direccion@rsalud.com.mx
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