Gaby Cruz, abogada y madre feminista
- ALEJANDRA OROZCO
- 13 mar
- 5 Min. de lectura
Tuxtla.- Sandra y Ale nos presentan la historia de Gaby Cruz, abogada, feminista, activista, defensora de derechos humanos de mujeres y niñas, asesora en ayuntamientos, universidades, un referente en la lucha por los derechos de las mujeres, alguien a quien le tienen mucho cariño, son años de caminar juntas, y piensa que reconocer a las mujeres es una gran labor, ella siempre hace hincapié en que es abogada feminista, para ella sí hay diferencia, ha caminado con el tema de violencia y derechos de mujeres por 15 años, desde repartir volantes en las calles, hacer campañas contra el acoso callejero, acompañar a víctimas de madrugada, pelearse con ministerios públicos, tomando las calles, las instalaciones.

“Hace 15 años éramos 10 personas haciendo cruces, pintas, ahorita ya hay un chorro de niñas que han entendido cómo la violencia se ha recrudecido como no nos imaginábamos y se han sumado a esta causa, a esta lucha desde donde pueden, no todas están dispuestas a sacrificar su tiempo, esfuerzo, dejar a sus hijos por estas acciones pro bono sin beneficio económico, solo por alzar la voz; ser feminista es una forma de vida, decir que soy feminista, veo el mundo de forma distinta a como lo ve mi hermana, que no está metida en tema de género, que no ha acompañado víctimas, el feminismo permeó en mi vida, me doy cuenta en el reconocimiento de las cosas a las que no pude darles un nombre”, señaló.
Gaby se fue a la CDMX con el tema del feminicidio, traía talleres para las infancias, ya que señala, la base del cambio real en este sistema son los niños, le puede hablar a un adulto del sistema patriarcal y se va a reír de ella, porque trae el chip pasado, pero si le habla a un niño le entiende, sí le entra, es un cambio de paradigma, para que puedan cuestionar a los adultos, justo empezó a tener un reconocimiento de que todo lo que había vivido a lo largo de su vida había sido una serie de decisiones basadas en los demás y no en lo que realmente quería, rompiendo los esquemas, eso le permitió perder el miedo a quien quería ser, saber que la heteronorma ni la heterosexualidad era para ella, nada hetero le encajaba, se preguntaba por qué no era feliz, por qué no lograba, se empieza a cuestionar y rodear de mujeres inteligentes que le dan otra visión de la vida, eso le da el feminismo, la libertad para cuestionarse, para ser quien quiere ser sin importar los cuestionamientos de su familia o hijos, por no encajar.
“Mis hijos me acompañaron a cursos, crecieron y ven el mundo de forma distinta, saben que pueden hacer lo que quieran siguiendo las normas, van creciendo con la idea de que van a tomar decisiones y van a tener a su mamá que los va a respaldar, en uno de sus libros, Marcela Lagarde fue pionera, retomando algunas lecturas, por una parte ella hablaba del deber ser de las mujeres, que van orillando a las personas a tomar decisiones, y son malas porque no van por ahí, si sigo presionando va a elegir algo que no es, tú vas conociendo qué cosas le gustan y qué no a tus hijos, yo entré en el tema con mi hija de cómo enseñar a programar, brindándole información, hasta que un día me dijo, mamá, esta carrera me gusta, está en tal universidad, solita fue buscando, lo único que me queda es acompañarla, los valores se los di desde niña, constantemente me avisa a dónde va aunque no le guste, es parte de sus acciones, es mi forma de cuidarla, que siempre tenga saldo, pila, su ubicación, las mamás feministas vivimos en constante zozobra de las noticias que tenemos al día, a veces siento que no puedo respirar porque mi hija puede pasar por algo similar y no saber qué hacer”, relató.

Dijo que el primer foco rojo son los papás y sus prohibiciones con ciertos temas, que consideran que están muy chiquitos para hablar de ciertos temas, ella llevó un taller a niños de kinder sobre el género y los colores, tenían muy definido que las niñas usan rosa y los niños azul, comenzó a deconstruir los colores y juguetes para niños, incidiendo en que no hay géneros, este choque entre escuela y educación, o el tema de la violencia en el noviazgo, la desmitificación del amor romántico y cómo detectar violencia, es un tema bastante amplio, cómo envuelven a las mujeres y niños desde otra perspectiva, que el opio de las mujeres es el amor, mientras los hombres gobiernan las mujeres aman.
“En la escuela supe por mis compañeras que a una niña de secundaria la golpeaba su novio, los docentes sabían y los papás no, aún a 40 grados llegaba con suéter, y es por la falta de comunicación constante, una red flag es que las niñas se vuelven retraídas, evaden conversaciones, el aislamiento, el agresor te aísla de papás, amigos, docentes, nos alejamos del amor de nuestras amigas, de nuestras familias, del propio por una pareja, no sale más que con su novio, no va a tener un círculo de amistad, eso ocurre porque las aíslan, el chico que les comento se sentaba detrás de ella, un control total, estaban en el mismo salón, la llevaba y la traía, las amigas la vieron irse, pero es difícil cuando los padres se cierran a que les esté pasando, asumen que con decirle que es una mujer valiente ya lo resolvieron, pero no, saben que el sistema nos atraviesa de maneras distintas y menoscaba nuestra autoestima, si ya había tenido relaciones con él, viene la devaluación personal”, explicó.
Las anfitrionas coincidieron en que como papá, te tienes que tomar ese tiempo para reflexionar de manera conjunta, como mamá y papá tienes que estar ahí, abundaron en que el amor romántico es el que tiene correlación con el dolor, la enseñanza de que amar nos tiene que doler, los celos, lo que asumimos como un dolor, lo vemos en las caricaturas con las que crecimos, y las niñas siguen creciendo con esas historias, la hija de Gaby ama ver La Sirenita, que pierde su voz por tener piernas para estar con el príncipe, en las mujeres se relaciona con el sufrimiento y sacrificio, fuimos educadas en un amor que castiga, duele y sacrifica, mientras que para los hombres son los beneficios de estas tres cosas, es enamorarse de la idea del amor, no de lo que es el amor, es una cuestión de compatibilidad, dos polos opuestos jamás van a funcionar, se trata de llegar a puntos de acuerdo.

“En mis talleres le pongo a mujeres pedacitos de películas, les puse La oveja negra, donde el papá es patriarca, que puede irse con 10 amantes y la mujer tiene que recibirlo con su desayuno y una sonrisa, el hijo, que es Pedro Infante, se enamora de una joven y existe un conflicto entre el padre y el hijo por enamorarse de la misma mujer, cuando el papá ya está casado, hay cachetadas y una serie de violencias con toda su familia, lo vamos desmenuzando, y los jóvenes dicen que eso es en otra época, sin embargo es sobre el sacrificio de amar a otra persona por encima de ella misma, traemos este tema, hablarle a los jóvenes de violencia es una terapia de choque que a su edad no funciona, su cerebro, está comprobado científicamente que es diferente al de los adultos, ven al mundo de forma distinta, entras desde otra perspectiva”, explicó.
Finalizó diciendo que los jóvenes son el verdadero cambio, que las relaciones de género se construyen los primeros cinco, seis años, que es necesario que se preparen las mamás y papás, pues para construir un nuevo cambio hay que construir nuevas maneras de relacionarse, los adultos tienen responsabilidad sobre la niñez y las infancias, y cambiando nuestra forma de ver el mundo va a cambiar el mundo. La encuentras como Gaby Cruz en redes sociales.









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