Isaín Mandujano, periodista de mil anécdotas
- ALEJANDRA OROZCO
- hace 2 horas
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Tuxtla.- En esta ocasión nos acompañó el periodista Isaín Mandujano, quien nació en una comunidad rural campesina de Cintalapa, Emilano Zapata, pero en el 74 se vino a estudiar la prepa a Tuxtla, donde se quedó estudiando la universidad, la carrera de Comunicación en el 94, un año álgido para la historia de Chiapas y de México, que fue un boom de los medios de comunicación: la irrupción violenta del EZLN, el levantamiento armado zapatista, fue un parteaguas, así como la elección presidencial del 94, los magnicidios del 94, la caída del peso, la crisis económica, el 94 fue su nacimiento en los medios de comunicación.

“Desde el 90, desde la adolescencia me encantaba leer, me gustaba leer una revista que mi tío traía en su camarote, entre revistas de Playboy y de Proceso, yo me subía a su camarote y revisaba, me encantaban las revistas de Proceso, me encantaba leer esas historias, esos grandes reportajes, de Leñero, Marín, Scherer, y dije, quiero conocer a estos grandes periodistas, me encantaría algún día escribir como esta gente, me encantaban las historias, lo que escribían, los reportajes, estoy hablando de finales de los 80, principios de los 90, me encantaba leer y algún día conocer a esa gente”.
Pero no solamente los conoció, sino que fueron sus compañeros de trabajo, sus jefes en una revista que se llama Proceso, en la cual estuvo 26 años, de 1998 a 2024, nació en el 94, pero creció muchísimo en 26 años, aunque lo liquidaron en marzo del año pasado, está muy agradecido con la empresa, no quiso establecer un litigio laboral, más allá de eso, tenía que romper un ciclo laboral, y en vez de aferrarse, salió por la puerta grande, con una carta de recomendación grande, la frente en alto y el pecho erguido, porque después de todo, Proceso le enseñó, le ayudó, fue una escuela.
“Gran parte de lo que soy, se lo debo a mis directivos que me dieron la oportunidad de estar ahí, a mis compañeros que me contagiaron con su energía, su talento y su conocimiento, y creo que estoy profundamente agradecido con una empresa en la que estuve, todos nos deberíamos de salir así de nuestros espacios laborales, había una persona que fue mi jefe durante muchos años, y él me decía, yo contrato a las personas según la cantidad de cartas de referencia que traigan, no llamo a ninguna, pero según la cantidad que traigan de los diferentes lugares que trabajaron, es que contrato, con el tiempo me dijo por qué”.
Isaín fue feliz, aprovechó al máximo su trabajo periodístico, le encantó porque conoce no solamente la geografía chiapaneca, sino gracias a Proceso conoció a grandes colegas del centro, del norte y del sur del país, de sus primeros trabajos periodísticos que publica en el extranjero, los retoma de Proceso una revista de París que se llama El Correo Internacional, se acuerda cuando tuvo su primer trabajo periodístico publicado en el 98 y les encantó, un reportaje que publicó en Proceso, y es muy bonito cuando ves que tu nombre ya está en medios internacionales.
“Así como en este medio de París, he colaborado en medios de España, de Italia, de Estados Unidos, de Centro y Sudamérica, yo creo que no hay satisfacción tan grande más que tu nombre tenga un espacio en los medios nacionales e internacionales, eso me ha servido, y reconocer que tengo amigos, colegas, compañeros, en estos países, Centro, Sudamérica y Europa, y Chaín Maldujano es un periodista que se ha sido muy intrépido en conocer, en relacionarse con colegas, a cualquier rincón del país donde yo llegue, seguramente tengo un amigo, un conocido colega periodista”.
El reportaje más largo de su vida es uno que le llevó 10 años de investigación periodística, persiguiendo el caso de un militar de la Secretaría de la Defensa Nacional que armaba a los grupos antizapatistas, a los grupos paramilitares, porque ese militar ha hecho un trabajo de bajo perfil de inteligencia militar, pero llegó el momento que se tuvo que publicar, cuando se da la ruptura de un grupo guerrillero del EPR y se escisiona y se hace el ERPI, previo a eso ya tenía información de lo que había pasado de una manera clandestina, y cuando capturan al comandante del grupo ascendido, ya tenía información, hizo el reportaje y le dice su jefe, ¿cómo lo hiciste?
“Uno como periodista se va metiendo en todo, también estos grupos guerrilleros clandestinos, los campesinos, los indígenas, te tienen confianza como periodista y te cuentan cosas que normalmente la gente o el público no lo sabe, la audiencia no lo sabe, pero se acercan a ti y te confían documentos, dichos, palabras, confesiones, hay cosas que se pueden publicar y hay cosas que no podemos publicar, según nuestra seguridad y nuestro riesgo, pero muchos reportajes, mi primera portada en Proceso en el 98 creo que fue, tuvo que ver con que me metí al penal de Cerro Hueco, lo que ahora es El Amate, antes era penal, y entraba, estudiaba de lunes a viernes, sábado y domingo estaba metido en la cárcel, entrevistando a reos, indígenas, zapatistas y no zapatistas, y ese reportaje les gustó a Proceso, lo metieron, fue mi entrada, y también el que publicó el Correo Internacional de París”, relató.
Pero ha vivido muchas anécdotas, un reportaje que hizo sobre el tráfico de gasolina en la frontera sur, lo metió para un Premio Nacional de Periodismo, no ganó, pero eso le dio la pauta para que en la próxima edición del premio lo nombrara un jurado, en el 2009 o 2010 fue jurado del Premio Nacional de Periodismo, y le dijeron, vimos tu reportaje, desafortunadamente no ganó, pero consideramos que te íbamos a invitar para ser jurado, o sea, no ganaste pero tu reportaje estuvo muy bueno, y queríamos que fueras jurado en este próximo, y le encantó.
“Del 94 para acá, todo lo que ha pasado en Chiapas lo hemos vivido, lo hemos documentado, hemos estado ahí, lo hemos reporteado, nadie nos lo va a contar porque nos tocó estar ahí, y Chiapas en las últimas tres décadas ha vivido una situación… los gobernadores, las legislaturas, los líderes campesinos que emergen y mueren, cooptados, los movimientos sociales campesinos, las migraciones masivas, los movimientos de sexo servidoras, las pandillas, los movimientos guerrilleros, los movimientos indígenas, las tomas de carretera, las invasiones de fincas, las acciones, todos los eventos del EZLN, las emboscadas, los enfrentamientos, nos ha tocado estar ahí”, describió.
A Isaín le encanta su trabajo periodístico, porque el oficio del periodismo, en su caso, le ha permitido viajar por toda la geografía chiapaneca, Chiapas es un estado bien bonito, y entre más lo conoces, más te enamoras, pero además, ha aprendido a convivir con todas las personas de todos los estratos sociales, distinguir la idiosincrasia de los tsotsiles con los choles, los tojolabales, los lacandones, estar en una comunidad indígena, en un fogón, comiendo tortillas y frijolitos, como estar en un penthouse con el más alto ejecutivo, empresario, político, gobernante de Chiapas.
“Es la ubicuidad como periodista, de poder adaptarte a todos los espacios y escenarios, de dormir en la banca de un parque, de dormir en la banca de una iglesia, esperando la nota, dormir en tu vehículo, atrás de un convoy de policías, o estar en medio de gases lacrimógenos, o en medio de enfrentamientos, o que interceptes un grupo armado y te bajan de tu camioneta, encapuchados, con cuernos de chivo y radio, y muchas aventuras, he visto la muerte como cuatro o cinco veces de frente, y cuando después pasa el riesgo, dices, Diosito me quiere mucho, y me permitió otra vida más”, señaló.

Él considera que el periodismo también es como el que hace motociclismo, el que hace automovilismo, el que hace paracaidismo, le encanta, le fascina esa sensación de la adrenalina, pero sabe que hay un riesgo, todos ellos se pueden matar, y cuántos no han muerto, pero es lo que le gusta, le apasiona, el periodismo es amor y pasión, y le encanta esa sensación, de entrar a un lugar donde no cualquiera puede entrar, salir y decir, ¿por qué he entrado a comunidades donde la gente está armada, encabronada, indignada, con un permiso especial, y sales vivo, o cuando vas a una región y no sabes si puede ser una emboscada, si puede ser una trampa, y sales para contarla, le encanta esta sensación de que a veces, como periodistas, pueden tener ese privilegio de moverse en tales espacios que no cualquiera pueda hacerlo.
“Tengo una esposa que es periodista también, Ángeles Mariscal, maestra de la carrera de Comunicación en la UNACH, ella trabajó 15 años en La Jornada, en muchos medios, ahora trabaja para Aristegui Noticias, es una periodista de campo, de a pie, con la que nos conocimos, tuvimos dos hijos, 22 y 25 años, afortunadamente, desde la prepa se fueron a la Ciudad de México, de donde ella es originaria, tenerlos fuera de Chiapas me ha dado mucha tranquilidad, pero qué duro también, lloré muchas veces cuando tuve situaciones de riesgo, cuando tuve que sacarlos de Chiapas de manera clandestina, en una situación de riesgo, ha tocado llorar, soy un hombre muy chillón, muy emocional, también hay que entender que los periodistas dentro de nuestro traje, a veces sufrimos traumas, porque a veces nos contagia un dolor ajeno, no somos de piedra”, mencionó.
Cuando ves a un hombre o a una mujer llorar por una tragedia que le ha pasado, también se contagia, y a veces es necesario llevar terapias de manera permanente, reconoce que ha estado en terapias psicológicas, porque a veces el ir y venir en el trabajo periodístico también le va afectando, y hay que estar cuidando la salud mental de una manera permanente, él lo hace, lo busca, y lo reconoce, porque también hay riesgos, hay amenazas, sufrió una persecución de cinco años en el gobierno de Juan Sabines Guerrero, y no pudieron contra él, lo perseguía gente armada, le rompieron los frenos del carro, lo hackearon, amenazaron con llevarlo a prisión, le prefabricaron delitos, a su mamá también la quisieron fregar pero han persistido en esto aún con todo.
“Yo creo que me encanta mi trabajo periodístico, me han ofrecido cargos de elección popular, cargos en el gobierno a todos los niveles, y yo siempre he persistido, no nací para ser servidor público, me encanta esto, me gustaría ser recordado como un periodista, no como un político, no como un servidor público, si algún día se habla de mí después de mi muerte, quiero que hablen de Isaín el periodista, no de Isaín el chapulín que anduvo aquí y allá”, mencionó.
Él es creyente de que lo que te hace ser una persona fuerte, segura de ti misma, es tu caminar, tu relacionarte con los demás, dicen que nos hace humanos el estar en contacto con más humanos, y este contacto lo haces en el interrelacionarte e interactuar día con día, afortunadamente tiene ese don de la ubicuidad, de poderse relacionar, y que donde quiera que va, encuentra amigos y conocidos, gente que le da la nota, la entrevista, y cuando llega al lugar la gente está contenta porque llegó Isaín Mandujano, y ha ayudado, e hizo esa entrevista, y lo va a pasar, lo va a publicar, y va a tener alguna reacción, algún impacto.
“Yo creo que a veces cree la gente que uno como periodista vamos extorsionando, chantajeando cuando no todos somos así, habemos la excepción, a veces me ha tocado llegar a lugares, donde en vez de que les cobres o te paguen algo, uno saca de su bolsa para darle, la gente cree que los periodistas andamos haciendo cosas negativas, y no, a veces cuando ves un migrante que se lo está llevando la fregada de su caminar, te despojas de lo que tienes para dárselo, cuando ves una indígena que está llorando, sacas tu cartera y le das, cuando estás entrevistando de pronto, y estás escuchando testimonios de gente, terminas llorando también, a veces es muy difícil ser de piedra, tener corazón de madera, y terminas con lágrimas en los ojos”, admitió.
Dijo que él sí se quiebra, ha llorado muchas veces, trabajando, a veces llora de alegría, a veces llora de tristeza, a veces llora de coraje, pero llora, saca todo eso, su familia ha entendido ese trabajo, sus hijos desde muy temprana edad, les decía, les explicaba por qué los sobreprotegían, por el trabajo que tienen mamá y papá, pero van a crecer y van a ser libres e independientes, crecieron y se fueron de Chiapas, son libres e independientes ahora, y entendieron muy bien el trabajo que tenían, y por qué los sobreprotegían, a los niños nunca hay que ocultarles nada, hay que hablarles con claridad y transparencia para que entiendan, eso ayudó muchísimo, además, predicar con el ejemplo, porque veían a su mamá y a su papá en su computadora en su oficina, leyendo libros, documentos, y ellos también, cada quien en su cuarto, en sus computadoras, aprendieron lo de casa, disciplinados y organizados, eso es muy importante.
“Siempre es bueno mirar atrás para ver qué tanto has recorrido, a veces hay gente que dice que no hay que mirar al pasado, pero en mi caso, yo lo recomiendo para ver, para valorar lo que tienes, porque si no sabes de dónde viniste no lo haces, yo recuerdo muy bien mi infancia, recuerdo mi adolescencia, sé en qué etapas fui feliz, sé en qué etapas sufrí, sé en qué etapas viví una crisis, sé en qué etapas lloré, sé en qué etapas grité de felicidad, sé cuáles fueron mis momentos más felices, y mis momentos más de turbulencia, y cuando volteas al pasado, a veces te ríes, pero también lloras, y es muy fuerte, la vida que he vivido ha sido tremenda, pero al final de cuentas te la rifaste, entonces, estás donde estás”.
Y es que, dijo, la gente cree que nació ayer, que es de hace un año, dos años, pero tiene ya 30 años en el periodismo, 50 años de edad, empezó a los 20, era un mocoso, un chamaco, mucha gente quiere el atajo para llegar a un lugar donde a él le ha costado tres décadas, y es que las nuevas generaciones, sin pecar de soberbio, quieren ser Isaín Mandujano en un corto tiempo de tres, cuatro, cinco años, cuando tiene 30 años taloneando, pisándol.
“También llegó un momento en que me hacían hacer antesala, que me despreciaban como periodista, que no me pelaban, y ahora, muchos políticos, funcionarios, empresarios, buscan a Isaín de ahorita, pero a Isaín de hace 20, 30 años, nadie lo quería, nadie lo buscaba, nadie lo miraba, no se visibilizaba, es un proceso de ir ganándote ese prestigio, esa credibilidad, esa reputación, que cuesta construir y es más fácil destruir, todo aquello que tú has ganado en 10, 15, 20 años, terriblemente lo puedes perder en unos segundos, con una declaración, con una acción, más hoy”, señaló.
Dijo que es de dos mundos, uno antes del internet, y uno después del internet, donde no había internet, smartphone, computadora, creció en su casa sin Playstation, y los chicos de ahora, tienen todas las herramientas para ser mejores que ellos, le dice a sus hijos, ustedes están obligados a ser mejores que yo, porque tienen todo el mundo y el conocimiento a sus pies que yo no lo tuve, a él también le encantó esta forma de mutar de un mundo donde no había internet, se considera promotor del uso de herramientas tecnológicas para medios y periodistas en Chiapas.
“Hice dos diplomados en periodismo digital en Chiapas en la UNACH, cuando empezaba el boom de la internet y las redes sociales, como una manera de que mis colegas periodistas se adaptaran a las nuevas herramientas tecnológicas, está documentado, está en internet las páginas donde subimos fotos, el programa, yo me considero un activista y promotor de la libertad de prensa y libertad de expresión, pero además, organicé y coordiné un montón de cursos, talleres de periodismo y comunicación, donde muchos de mis colegas exitosos ahora estuvieron aprendiendo, incluso un diplomado donde los alumnos eran nuestros maestros, aprendiendo herramientas nuevas, fue muy bonito y emotivo ver que dentro del curso que tú estabas promoviendo, estaban tus maestros de la era no nativa digital, pero querían aprender”, señaló.
Era de esos diplomados donde empezaban 40 y terminaban 50, normalmente en los diplomados siempre termina la mitad y aquí terminan más de los que empiezan, entonces, fue muy padre porque estructuraron un diplomado para que los colegas periodistas aprendieran herramientas tecnológicas que en la universidad no habían tenido la oportunidad de tener porque no había la materia, no había el conocimiento de los docentes, esto lo empezaron a trabajar desde el 2009, el uso de internet aplicado al periodismo y el uso de redes sociales, los streaming.
Lo que le preocupa, es que ya sobrevivió a una ‘revolcada’, porque para él, el internet fue la revolución de los medios tradicionales, ahí muere el que no se adapta, sobrevive y se fortalece el que sabe adaptarse, ya sobrevivió y ya se adaptó a una primera revolución tecnológica y espera adaptarse a las que vienen, primero, está el boom, la avalancha de información que la educación y la formación de la sociedad no va a la par de ellos, una sociedad que no se ha educado y formado para el buen consumo de la información, así como se educa para el buen consumo de alimentos, se debería de educar para el buen consumo de información.
El ser frontera, considera que da una gran diversidad, un privilegio como periodistas, una gran oportunidad para destacar y brillar, cuando pasan fenómenos migratorios le hablan de Costa Rica, Venezuela, Ecuador, Argentina, ha colaborado para medios de Sudamérica porque quieren saber qué está pasando, de 2018 a la feria con el boom del éxodo migratorio masivo y aquí estuvo, no se ha detenido, estar en la frontera sur mexicana es una gran oportunidad, para donde mires está la nota, si no lo quieres ver es tu problema.
“En muchos pueblos y comunidades indígenas se están despojando de los partidos, en Oxchuc eligen a su asamblea por grupos, entendieron que los partidos dividían y confrontaban, Pantelhó ganó por RSP pero dijeron, vamos a gobernar sin partidos, entendieron que solo deben usarlos para llegar al poder y desafanarse, algo muy inteligente, en las comunidades antes las religiones dividían y confrontaban, ahora ponen el ejemplo de convivir en armonía y comunión, teniendo en cuenta religiones diferentes, todos hablan, el líder adventista, el católico, el pentecostés, todos quieren la paz, en Chamula llega el protestantismo y surge un éxodo, ahora son ejemplo de que podemos amarnos, querernos, vivir en paz, impresiona cómo se respetan y toleran mutuamente, me encanta esa idea de cómo pueden darnos lecciones de vida”, añadió.

Por ahora, adelantó que tiene muchos proyectos, está organizando un curso de periodistas para IA con la Politécnica, ese es el reto, reinventarse todos los días, prepararse para lo que ya está pasando, si no, camarón que se duerme, se lo lleva la corriente, todos los días, primero le da las gracias al creador, por otro año de vida para ver a su esposa, hijos, amigos, es muy afectivo, quiere mucho a su familia y amigos, ve a un Isaín que tiene que estar en movimiento siempre, no para, ahorita llegó corriendo de una reunión, se va a otra, siempre con una agenda apretada, eventos que se juntan, necesita un día de 30 horas porque 24 no le alcanzan, a veces se duerme tarde, sacrifica el sueño, pero trata de ir al gimnasio para mejorar su calidad de vida, de ir a terapia, no descuidar su salud emocional, y así todos los días demostrar que es bueno para lo que hace.
“Cuando te gusta tu trabajo, ahí encuentras tu hobbie, me encanta salir con mis amigas, amigos, convivir, festejar, bailar, socializar, estar en contacto con la naturaleza, hacer turismo de aventura, una carne asada en el campo, soy amante de la flora, de ir al gimnasio, ya le agarré pasión desde hace cinco meses, no me quiero imaginar en más tiempo, voy aunque me dé flojera, siempre dándome ánimos y echándome porras solito”.
Consideró importante no perder la capacidad de relacionarse con los demás, no es de los que andan buscando premios ni reconocimientos, el gracias de corazón es más importante para él que el premio; algo que se ha reclamado a sí mismo es no hablar lenguas indígenas, ojalá antes de morir lo pueda hacer, cualquier periodista al que le gusta recorrer Chiapas tendría que saber tsotsil como nos piden hablar inglés, pero no nos enseñan lenguas originarias, lo que le hubiera servido saber antes, hay que aprenderlas, cualquiera que ame Chiapas, algo que ha fallado en las escuelas es fomentar las lenguas, los periodistas están condenados a un proceso permanente de aprendizaje, hay que tomar cursos, talleres, el que deja de aprender deja de crecer, el que cree saberlo todo está perdido, si quieres seguir creciendo, tienes que seguir aprendiendo todos los días.
“Tengo una pareja con la que empecé haciendo periodismo y nos unió el periodismo, los hijos están en otro ámbito, el que estudió Traducción y lingüística se quiere ir por ahí, le atrae, tenemos casi 27 años y el periodismo que nos unió es el de interés por los mismos temas, derechos humanos, pueblos indígenas, campesinos, nos invitan, la llevo, me lleva, nos acompañamos, somos amigos, me trae libros, hay ese clic y tenemos amigos colegas de diferentes estados del país que nos reunimos periódicamente, de Morelos, CDMX, a veces va, a veces voy, buscamos la interacción con colegas”, añadió.
Dijo que es bonito tener colegas de Chihuahua, Sinaloa, Guadalajara, Baja California, Veracruz, son periodistas en permanente estado de capacitación, ella es una excelente egresada de la carrera en la Unach, de quien está orgulloso, ha crecido un montón, si creen que él es bueno, no conocen a su esposa, es mejor que él, más abstraída pero excelente periodista, no busca los reflectores, no va a los desayunos, su trabajo lo hace con otros colegas, le gusta andar en campo, se va a Ocosingo, Chilón, es periodista de monte, un día están en Larráinzar, otro día en Chicomuselo, es muy talachera, en Chiapas hay muy buenos periodistas, sin herir susceptibilidades es la mejor para él, muy talentosa.
“Mi mamá quería que fuera médico, ella era enfermera, mi papá quería que fuera contador, él es comerciante, pero cuando me vi libre estudié comunicación, intenté ser piloto aviador, presenté mi examen, pero en el 94 fue el levantamiento armado y ningún chiapaneco entró a planteles militares por seguridad nacional, me empujaron a ser periodista, ya estaba inscrito y todo, suspenden la convocatoria, y por azares del destino me quedé en comunicación”, finalizó.





