La Columna: No es tema nuevo
- Annete Lewis
- hace 1 día
- 2 Min. de lectura

Los deportes de pelota, como el béisbol y el softbol, suelen tener códigos, ya les hemos platicado, los “peloteros” preservan las buenas y viejas costumbres, los no tan “peloteros” lo intentan, pero también hay quien se hace pasar por “pelotero”, pero siempre está buscando la forma de llevar la contraria, de justificar las malas costumbres y sin importar si, como consecuencia de sus actos, arrastra a personas en formación.
El softbol en Chiapas tiene ya casi un lustro acéfalo, la pandemia se llevó al Presidente de la asociación estatal y a la par, no existe forma de que se estructure de nuevo ese organismo. Sí, tienen representación, pero hay temas administrativos que no se completan y eso permite que, sin control, cualquiera venga y haga y deshaga a placer.
Tampoco es novedad, porque cuando había presidente, pasaba igual.
Lo que sucedió el fin de semana en el softbol femenil no debe sorprender a nadie, sucede porque las reglas son flexibles, se confeccionan torneos a modo, alejándose del espíritu del juego y esos “acuerdos de competencia”, no hacen más que otorgarle ventajas a equipos; al tiempo, ahora que se convoque a un nuevo torneo femenil, verán cómo habrá equipos que asistan a buscar imponer condiciones, que busquen las formad de tener ventajas que no necesariamente sean deportivas y a partir de ahí, comenzar a buscar situaciones que van en contra del juego.
En la pelota blanda femenil, principalmente, hubo una generación de muy buen nivel, que llegó a jugar nacionales de Olimpiada y que, desafortunadamente, está envejeciendo, pero que no tengan competencia en la actualidad, es responsabilidad principal de las autoridades que tienen al mando, quienes siguen alterando las prioridades, relegan lo que realmente importa.
Miren, por ejemplo, la Liga Varonil anuncia la 5ª edición de un evento que trae a equipos de otros estados (lejos de ser los mejores), pero vienen a demostrar que hay softbol fuera de Chiapas; sin embargo, en cinco años no han conseguido que este evento impacte en la captación de jugadoras nuevas. Cada vez que va a iniciar el torneo, batallan para conformar hasta los equipos que representan a la Liga y las mejores jugadoras, se enrolan con otros de los equipos que participan. ¿Por qué suceden estas cosas?
Es sencillo y se llama credibilidad, porque un torneo varonil debería convocar competencias varoniles de mayor nivel, pero realizan uno femenil y los de la femenil, que deberían tener un torneo de este tipo, ni por lo menos se coordinan para formar equipos y tener jugadoras disponibles.
En fin, reina el caos, la mala organización y por supuesto, libertad para realizar actos que van en contra del mismo deporte.






Comentarios