La de Cruz Azul
- AFP
- 31 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Annete Lewis

Debe ser una historia muy compleja, al menos en las útimas tres décadas. Para cualquier equipo que se considera “grande” un título en 30 (por no ser más precisos), es ya un lastre importante y sumándole un sinfín de desencuentros, como aquella final ante América; o la de Toluca en penales… La de Rayados en su cancha, la de aquel Santos imparable. Bien, suena feo, pero es la historia de tres décadas, resumida en un par de lustros.
Una vez, Cruz Azul fue líder general, tenía a los Pumas en la lona, después de vencerlos en Ciudad Universitaria para los cuartos de final, pero en la vuelta sufrió la catçastrofe y así se pueden ir contanto muchas; sin embargo, si la responsabilidad total de los errores los vamos a centrar en aquella falla de Teófilo Gutiérrez en el estadio Azteca, cometen un grave error.
A Cruz Azul le han tocado épocas actuales muy buenas, pero, por ejemplo, sigo sin entender porqué Sergio Markarian los dejó de un día para otro, cuando parecía que el uruguayo los había sacado de un abismo importante; después, Galindo tomó la inercia y los llevó a una segunda final (aquella de Toluca), pero todos conocen los resultados. Al final en la cancha no hubo manera de sustentar las decisiones directivas.
Y siguieron los intentos, buenos, malos; todos sin éxito.
Justo ahora que parecen haber encontrado a un estratega por esas grandes coincidencias (no hay que olvidar que estaba Caixinha, iba Mohamed, pero en un movimiento directivo, fue Siboldi), cuando el trabajo va siendo puntual (Siboldi conoce las entrañas de la institución), resalta otro tema administrativo, relacionado con la empresa que la de nombre al equipo, justo cuando lo deportivo parece ir encontrando buen rumbo, pone en jaque a la institución.
¿Qué va a pasar con Cruz Azul?, la tendencia afirma que vendrán de nuevo esos cambios sin razón, esos movimientos complejos de entender y que sólo tienen por objetivo el borrar lo que hizo alguien más, para dar paso a las “nuevas ideas”, no es tarea sencilla, pro es común que suceda y en el trayecto, ver fracasos deportivos justificados con reestructuración.
¿Hay alguna manera de que pueda evitarse?, claro, pero tiene que ver más con el escritorio que con la cancha. El proceso de Siboldi lleva buen paso, parece tener bases sólidas y darle continuidad sería lo ideal. Blindar al plantel para no caer en la desinformación es base en intenciones de externos que se han beneficiado de la institución y que ven en peligro sus intereses.
Hay mucho qué hacer en Cruz Azul, pero en algún momento se tenía que comenzar en lo administrativo, porque lo deportivo ha dado señales de buenas cosas.
Una figura estética
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