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Lupita Solís, el rostro femenino de los bienes raíces

  • ALEJANDRA OROZCO
  • 21 ago
  • 7 Min. de lectura

Tuxtla.- En esta ocasión nos acompañaron a Universo Viole7a Ale y Sandra, que como cada viernes, nos tienen a una invitada especial, siguiendo con esta dinámica de visibilizar a mujeres exitosas, que nos transmiten experiencias acerca de su trayectoria profesional, de su vida personal, que inspiran a otras mujeres y que además son chiapanecas, hoy no es la excepción, ella es muy famosa en Tuxtla Gutiérrez, es Lupita Solís, su fuerte es la inmobiliaria.

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“Soy chiapaneca de corazón, de Villaflores, que siempre ha ganado la Mazorca de Oro, de ahí soy, a los 14 años vengo a estudiar la preparatoria aquí, al Colegio La Salle, y aquí me quedé… ya estoy viuda, desafortunadamente, mi esposo falleció hace dos años, pero eso hizo que fuera como un resorte para salir adelante… conocí a mi esposo aquí, él era de San Cristóbal, una persona excelente, muy buen papá, muy buen esposo, ningún matrimonio es perfecto, pero el día que falleció íbamos a cumplir 33 años de casados”, recordó.

Ella se casó muy joven, a los 20 años, y su esposo también, acaba de terminar la carrera, también fue un reto, porque ni sus papás, ni nadie le apostaban a que iban a terminarla, pero afortunadamente, se siente muy orgullosa, muy feliz, sin su mitad, pero muy feliz; ella considera que Dios nos dio dones diferentes a cada uno, y que en su momento adecuado los tienes que echar a andar, en su caso, viene de una familia llantera, su papá tenía franquicias, luego se vinieron para acá y decidió crear una industria de renovación de llantas.

“En su tiempo fuimos también famosos porque mi papá no compró la maquinaria aquí, la compró en Europa y la trajeron para acá, una parte de Estados Unidos, era una empresa familiar, desafortunadamente, mi papá no aceptaba la tecnología, la computadora, el llevar ciertas cosas, eso hizo que fracasáramos y perdimos todo, de repente, me tocaron la puerta y me dijeron, esta casa ya no es tuya, porque como éramos una sociedad de hermanos, comprometimos nuestro patrimonio para que tuviéramos siempre la materia prima a tiempo y surtiéramos a tiempo, pero se vino abajo” recordó.

Eso es lo que le hizo ser lo que es ahorita, en ese momento, entró un montón de gente, le sacan sus cosas, y queda en shock, ella pensó que su esposo le iba a decir adiós y se iba a llevar a sus hijos, en ese momento estaba sola, y llegó su esposo, se quedó impactado de lo que estaba viendo, y le dijo que se acordara cuando juraron ante el altar que en las buenas y en las malas, esta es una mala y no tenía por qué dejarla…. Al año de eso, le detectan cáncer en cerebro, ahí comparó y dijo, prefiero lo del año pasado, él de 45 años y ella de 43.

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“En el momento que en México me dan la noticia, me acuerdo mucho que el médico me dijo, siéntate, porque estás muy joven y lo que te voy a decir no es fácil, tu marido trae un cáncer en grado 4, o sea, el último, se llama glioblastoma y es el peor de los cánceres de cerebro, tu esposo se va como en seis meses, cuando mucho, prepárate, no existe ninguna medicina para esto, lo único que te vamos a proporcionar son químicos, y encontré unas vacunas en otro país que me lo mantuvieron 10 años, increíble, degradaron el cáncer a otro nombre, y nunca le dije al neurocirujano de México que le di otra cosa”.

Meses antes, su hijo acababa de terminar la prepa e irse a la universidad a Mérida, a la Anáhuac, con todo y los gastos, de ahí sale Lupita, la empresaria, porque empieza a hacer números, se vuelve cuidadora, porque al final también tienes ese rol de cuidar, que es sumamente desgastante, y que le resta mucha energía, después, los gastos médicos, pues conseguir una vacuna en otro país implica trasladarla, traerla, comprarla, y los medicamentos que necesitaba requieren también dinero, más la quimio, más los estudios de su hijo, más la manutención de la casa.

“Yo no tenía casa, estábamos rentando, mis hijas estaban en un colegio caro, mi hijo se había ido a la Anáhuac, desde la cama del hospital, mi esposo estaba preocupadísimo, él era ingeniero civil, le habían dado un proyecto muy grande, y desde la cama del hospital estaba todavía trabajando en lo que le hacían la cirugía, y le compró un coche a hijo estando él en la cama para que tuviera un mejor carro, pero mi cabeza daba vueltas pensando, después de la operación no es nada igual porque es el cerebro, yo nunca fui ingeniero, él tenía su empresa, y al final, hasta me tuve que involucrar en eso, y terminamos ese proyecto para el gobierno, no supe ni cómo, todo estuvo ok, y pagaron, de ahí dije, este dinero no es eterno”, señaló.

Como no se le han dificultado las ventas, empezó vendiendo mil cosas, postres, comidas, mil cosas, y llegó un amigo y un día vio que le habían pedido un montón de comida, ya estaba cansada, y le dice, estás así porque quieres, yo te he venido a invitar a que vayas conmigo a ser inmobiliaria, y siendo sincera, sí le gustaba vender, pero toda la vida había visto las casas con una lona y nunca le llamó la atención ese negocio.

“A insistencia de él, fui a un curso, a una franquicia, y muy amables los dueños de la franquicia, me aceptaron desde el primer día, me ayudaron, me dieron un cursito, y desde el día uno capté la primera propiedad, ese terreno que había captado, nadie lo había podido vender en no sé qué tiempo, ya habían pasado como 11 asesores, entonces yo llegué, lo empecé a publicar, y de repente viene un cliente, yo no lo podía creer, luego la escritura te dice que 20 para allá, sie7e por acá, entonces tienes que hacer la suma, el polígono, para sacar los metros totales, y dijimos, pues esto mide, y dibújamelo, me dijo el cliente, lo hice, llamé a mi amigo, y entre los dos hicimos todo, y me dice, sí lo quiero”.

Entonces, cuando ven que está vendiendo, a la semana de que entró, le dicen, increíble, y el esposo de esa misma amiga, le dio otro terreno, que lo volvió a vender en 15 días, así se fue haciendo de un nombre, de que dale a Lupita tu propiedad, porque en ese negocio se trata de tener propiedades, es tu inventario, es como cuando llegas a una tienda y tienes que tener tus abarrotes ahí.

“Yo soy un asesor inmobiliario, es captar las casas, por ejemplo, tú quieres vender tu casa, me llamas, y yo hago un trabajo técnico, hacemos el trabajo de captación, que es hacer una estimación de valor para que quedemos en el precio correcto, y de ahí subirlo, yo compro plataformas para publicitar, además, en el camino de la venta de una propiedad, hay cuestiones de impuestos, hay cuestiones en las que yo tengo que decirte cómo para que todo salga bien, todo fluya, asesoramos todo el proceso hasta que se da la venta, te llevo de la mano hasta la firma con el local”, comentó.

Lupita inició en franquicias, primero en una, luego la segunda, y le gustó mucho el modelo de negocio, estuvo seis años con ellos, pero al final empezó a ver que ya tenía 200 propiedades, y llegó un momento donde fue un reto para ella y pensó que ya podía manejarlo sola, sin dañar a nadie, sin insultar a nadie, sin pelear con nadie, porque no se salió peleando, al contrario, agradece mucho desde la primera franquicia que fue su casa donde le enseñaron a hacer esto, en la segunda lo mismo, pero llegó un momento en el que dijo, quiero estar sola, tomar sus propias decisiones, ya no depender de nadie, porque si estás en una franquicia, tienes cierto patrón.

“Entonces yo dije, quiero experimentar, quiero hacerlo yo, y mis hijos estuvieron súper felices, súper contentos, ellos me empujaron mucho: mamá, tú puedes, siempre has podido y vas a poder, la mejor de mis porras son mis hijos, entonces aquí estamos, ahora ya como dueña de mi propia empresa, manejándola como yo quiero, como yo pienso, se me ha unido gente que quiere estar conmigo y bienvenidos, yo les enseño el camino de cómo ser un asesor, a mí no me importa compartir comisión, me gusta llegar al fin, que es la persona que quiere vender, tiene alguna necesidad y la voy a satisfacer vendiendo su propiedad, y al asesor al que le voy a compartir, también, es ganar, ganar” señaló… así nace Lupita Solís Bienes Raíces.

Cuando su hijo se va a la universidad, no sabía si regresarlo, dejarlo allá, porque implicaba muchísimo gasto, pero se propuso poder, era mandarle dinero semanal, comida, transporte, y aquí tenía a dos hijas en colegio; el varón es médico-angiólogo, está aquí ya en Chiapas, su hija Marianita es la que está con ella, ella estudió gastronomía, se fue un año a Estados Unidos, pero por la pandemia se regresó, especializada en enogastronomía, es decir, es catadora de vino, sector donde suele haber acoso y sesgo de género, situación que Lupita no sufrió.

“No se me ha dificultado para nada, porque como yo estuve en el mundo de llantas, yo traté con el que cambia la llanta, con las pláticas entre hombres, totalmente diferente a las mujeres, esa parte me fortaleció mucho, porque no tengo miedo ni a trabajar con un hombre, ni a hablar con un hombre, ni que se sienta más que yo, si alguien quiere sentirse más, lo nivelo”, admitió.

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Eso mismo lo transmite a sus hijas, esa seguridad, de hecho Mariana está con ella en la inmobiliaria, porque va a ser para ella, para que aprenda y el día que no esté, lo haga más grande, la más chiquita, Sofía, se quedó viviendo en Mérida, estudió Comunicación, ha estado en dos empresas muy importantes allá, ahorita trabaja en una donde fabrican pieza de avión que la estuvo cazando, muy talentosa, tiene 26 años y ya compró su casa ella sola, solo la ayudó de lejos con lo de la notaría.

“Me pueden encontrar en la Plaza Vía Park, ubicada sobre el Boulevard Belisario Domínguez 2116, o como Lupita Solís Bienes Raíces en Facebook, Instagram y Tiktok… yo no cobro por asesorar, hacen su cita, reviso su documentación, si al final me dicen, no voy a vender, no pasa nada, no me quita nada, muchas veces se van porque no quieren pagar la comisión, pero no estoy peleada con eso”, mencionó.

Sin embargo, uno puede perder más cuando no sabe, habiendo tantos fraudes, falta de documentación, qué mejor que una mujer especializada, con experiencia profesional y de vida para resolver tus asuntos, ojalá esto llegue a mucha audiencia de mujeres, ella de repente ve gente que le lucha mucho, como la señora que vende flores en la ex Fuente, es inspiración, ella vive cerca de Villaflores, todos los días viaja, con la sonrisa se te acerca y las ofrece, su esposo está enfermo, esto lo menciona porque hay gente muy floja, o mujeres codependientes, pero sí se puede salir adelante, hacer las cosas siempre y cuando cambies en la cabeza, y ella es un vivo ejemplo.

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