Moer y Hairam, rompiendo los tabúes de la modificación corporal
- ALEJANDRA OROZCO
- hace 52 minutos
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Tuxtla.- En esta ocasión, Daniel y Darko nos trajeron a unos invitados para hablar de tinta, de modificaciones corporales, Ricardo e Itzel, mejor conocidos como Moer y Hiram, respectivamente; en el caso de Moer, desde que tenía 12 años se hizo sus primeras perforaciones, hasta los 18 empezaron los tatuajes y después, se empezó a modificar los ojos, la lengua, las encías, con implantes y otras cosas que lo han diferenciado de los demás. En el caso de Iztel, como no quería pagar por hacerse un tatuaje, se lo quiso hacer solita, compró su máquina y así empezó, solita, de hecho, casi todos los que tiene se los hizo ella, ya en su primer tatuaje, no sabía hacer sombras ni nada, pero su cliente le confió su piel, y así empezó, hace como cinco años, a ella le gusta más el cholismo, lo agresivo, puro blanco y negro.

“Los ojos fue la primera modificación que me hice, ya estaba viejo, ya tenía como 31, siempre me ha valido, sí soy como bien de, lo quiero y lo hago, antes hacía música, grabábamos, y de repente todo se fue al carajo, me dice un compa, ¿por qué no retomas lo que hacías antes? Lo de la perfo, en ese tiempo se cobraban 200 varos, y para que te cayera una chamba, no era tan redituable, vaya”, recordó Moer. Entonces empezó a ver el trabajo del Gato Moreno, que en paz descanse, empezó a ver su carrera y dijo, ya no es como antes, todo el tiempo que se había alejado, siguió evolucionando, y cuando vio que sí se puede vivir de esto, que ya hay más apertura, que la gente no está tan cerrada, que tu papá puede acompañarte, o él se puede tatuar, ya estaba más aceptado, entonces se va a Guadalajara a tomar un seminario de perforación para actualizarse, y por ser de Chiapas le hacían fiesta. “Me fui a grabar con un güey en Zacatecas y me dijo, te regalo una modificación, ¿cuál quieres? Y yo dije, pues los ojos, yo no había tomado en cuenta que decían que era la modificación más extrema que existe, es bien rápida, ahora sí que te abren los ojos, te hacen dos, tres ejercicios para mover la pupila y te infiltran arriba en la esclerótica, la tinta se expande, al salir del procedimiento, no llevas el ojo negro, ya poquito a poco va cayendo, es pintura de tatuaje, al final de cuentas está hecha para el cuerpo, nada más la diluyes con tantita solución salina”, explicó. Ahora, él también la hace y la cobra en sie7e mil pesos, es un proceso difícil, si quiere tener uno solo, 4 mil pesos, porque hay quien se quiere ver más anormal, así le pasó con un cliente que primero llegó a hacerse uno para ver cómo se veía, pero no se cuidó y no le irrigó completo, entonces le quedaron huequillos en una parte, y un día le dijo, ponle otro color, y los hizo de dos colores. “Yo tengo la lengua bífida tatuada, me tatué las encías también, son negras… mucha gente me hace esa pregunta, pero yo no he tenido ningún tipo de discriminación, yo siento que la gente me ve bien a gusto, cómodo, llegaba al kinder de mi hijo y les decía, mi papá tiene dos lenguas, y sus ojos y vergas, siento que también el hecho de que el body art evolucionó por las redes, por el tiempo mismo, hizo que la gente ya no viera tan mal, y aparte, siento que me veo cómodo y dicen, ese güey anda gozando chido”, consideró. Y es que México tiene un porcentaje alto de gente modificada, ayuda un poco que tampoco hay una regularización por parte de la autoridad, tú puedes hacer ciertas cosas que en otros países no, entonces, tienen mucha libertad de trabajo. “Yo soy de Guanajuato, pero tengo toda mi vida aquí en Chiapas, mi papá es una persona muy formal, de trabajo, es muy acatado a una forma de vivir, mi mamá también, entonces para mi familia soy como la oveja negra, la que se tatuó, la que probó primero la marihuana, la que se perforó cuando tenía 13 años, entonces es como, ¿qué te pasa? ¿Por qué quieres tatuar? Porque me gusta, está padre, me gusta cómo se va sintiendo la tinta en la piel, cómo va quedando, cómo vas aprendiendo, pero sí fue muy difícil y apenas hace poco les dije, voy a abrir mi negocio de esto, voy a abrir un local, y sí fue un poco complicado para mi papá, porque él es más como, la sociedad, a mí sí me ha pasado que se cambian de banqueta, me han visto caminando con mi hija en brazos, y las señoras se me han quedado viendo y me han juzgado horrible”, admitió Itzel. Por el contrario, a Moer le pasa cuando va al mercado, a lugares, que le dicen que se ven bien, que está chido, hasta le han pedido fotos y no le molesta, también se mentaliza a ser el grano de frijol en todo el arroz, por ejemplo, cuando regresaba de una exposición de Guadalajara, ya para abordar, ya habían pasado los filtros y todo, y lo para el federal, pero para tomarse la foto, la selfie, también en San Cristóbal, donde vive, le piden fotos hasta con los niños, cree que esta cuestión le ha servido chido, y que la gente lo toma chido. Te vas a hacer algo que va a marcar la diferencia ante los que te rodean, estás hasta cierto punto preparado “Todo es de transmitir, si llega tu cliente y está como todo así, no va a ser cómodo, dices, me tatué porque ya había hecho la cita, pero de ahí cómodo no es, entonces, si llegas y los tratas chido, todo es de cómo trates a la gente también, de ley, es raro que el cliente llegue chido, siempre llega nervioso, entonces tú ya le vas transmitiendo, también tiene mucho que ver el lugar donde estés, lLo que te transmita, la confianza que esté limpio, que parezca prácticamente un consultorio, estás trabajando con la piel, hay sangre, es parte de cada quien cómo quiere transmitir la confianza a los clientes”, señaló. Y es que gracias a la red social, al internet y todo eso, tuvo una evolución, al menos aquí en el estado, la información tardaba en llegar a los que la buscaban, los papás eran más cerrados, y ahorita ya todo cambió, hay un montón de estudios, de opciones, si no quieres llevar a tu hija a tatuarse con un hombre, buscas y hay una carpeta bien amplia de mujeres que se dedican a eso. “Yo una vez estaba tatuando a una señora y me mordió la cabeza, discutí con ella y le dije, ya no voy a terminar de tatuarte, me dieron muchas ganas de golpearla”, contó Itzel, o a Moer le tocó ponerle unas perlas en el pene a un hombre y se desmayaba, cuando iban en la tercera voltea y ve la sangre, con el tatuaje la gente que se mueve, que grita, que se desmaya es lo más gracioso. Una modificación perturbadora podría ser ver cómo quitan dedos, dentro de la modificación corporal está también la parte extrema, él siempre ha relacionado la modificación con la lucha libre, donde pones una máscara y creas un personaje, cambias tu voz, hay gente que dice, yo me quiero parecer este personaje, pero este personaje no tiene orejas, también van con una idea clara, qué quieren dedicarse al freak show, o hacer otras cosas, porque también se puede vivir de eso. Como todo, de repente está el boom, de repente baja, de repente agarra más fuerza o desaparece, pero no afloja, hay gente que se pelea ir a las convenciones porque saben que van a cobrar sí o sí, tatuar y todo, pero sobre todo la gente está tomando la actitud de ir a un lugar a aprender más para ser mejor, para tener una competencia sana, de ir a tomar un seminario para darse el tiro, de ir a una expo. En Instagram es donde Moer comparte más contenido porque no tiene tanta restricción por las cosas que a veces sube, con Facebook sí está restringido, de repente perfora unos pezones y no los puede subir, o los censura y tiene un bloqueo porque alguien lo reportó, lo encuentras como @moer_bodypiercing_bodymod, o al número 961-336-5038, Itzel está en Facebook como Hairam Es’, y su número es 961-776-8815, ella está en Berriozábal. “Yo ahorita ando de nómada, de hecho, me voy a finales de agosto para Ensenada, Baja California, a una convención grande de tatuadores y modificación, realmente estamos para donde nos lleve esto, próximamente me voy a poner unos implantes en las cejas, y me voy a volar unos pedazos de oreja, tenía pensado como una pieza de rompecabezas, infiltran anestesias, cortan con bisturí y suturan”, adelantó. Además, quiere hacerse unas escarificaciones, y en el proyecto de la boca, tal vez quitarse unos dientes para ponerse figuras de calavera, también tiene que pensarlo bien, llevar el sentido de qué quiere, al final de cuentas es un proyecto, lo más duro de la lengua fue el corte, si sigues las instrucciones no pasa nada, tomas medicamentos desinflamatorios, en una semana ya la tienes bastante avanzada, ya puedes comer. “Antes de cortarla la pigmenté, la volví negra y de colores, al principio sí se volvió muy sensible, el picante, un café, me mataba, porque a veces la tinta tapa un poco las papilas, altera tantito la sensibilidad, fuera de ahí empezó a acostumbrarse, mucha gente me decía, la pigmentación te va a doler más que el corte, y sí”, admitió. En cuanto a la intervención en sus ojos, afortunadamente cree que la hizo con la persona indicada, que le dejó la técnica, ha hecho unos ocho trabajos así, que si por él fuera, se aventara todos los días uno, pero es muy difícil que la banda se anime, al menos aquí todavía no digieren bien, una perforación, un tatuaje son una cosa, pero una modificación no, y por lo menos lo del ojo sí pega duro. “Hay muy poquita banda que tatúa en Berriozábal, mujeres casi no hay, conozco dos chicas, pero igual están como yo, que todavía no tengo un espacio, porque lo tuve que dejar un tiempo, lo estoy volviendo a retomar, todavía no tengo un lugar en sí, pero es bien difícil, a mí, en Berriozábal es donde se han cambiado las señoras de lugar”, señaló Hairam. Moer señaló que es importante ser conscientes de que una cosa es cómo sean como personas y otra cosa es cómo sean como profesionales de lo que hacen, al menos en su caso, él siempre reconoce las trayectorias, así lleves 20 años ahí, eres el que empezó en este ambiente, no sabes el background, nadie sabe lo que tiene la otra persona por detrás, todo lo que ha batallado. “Me ha pasado que de repente hago una cosa y me manda un mensaje alguien que admiro y me dice, te quedó chido pero siento que pudieras hacerlo así, o que el que admiras te de un like, esa admiración, hay varios tatuadores que han salido de acá y han representado a Chiapas en otros países”, señaló, así nos despedimos de estos dos personajes, que hacen lo que les gusta a pesar de la familia, de las circunstancias de la vida, que se atrevieron a romper el molde y todo tabú.