Chiapas, busca la excelencia en el cacao
- CARLOS LUNA
- 22 ago
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Tuxtla.- En el corazón de Tuxtla Gutiérrez, el aroma del chocolate artesanal inunda el aire de Cocop Chocolatería, la única fábrica de su tipo en la capital chiapaneca. Detrás de este proyecto está Rebeca Vélez Rodríguez, una mujer transformadora de cacao que se ha convertido en testigo y protagonista del renacimiento de este cultivo emblemático en el estado, un resurgir impulsado significativamente por programas federales como “Sembrando Vida”.

En entrevista, Vélez Rodríguez explicó que la producción de cacao en Chiapas se concentra principalmente en tres regiones: el Soconusco, la zona norte y la zona selva. Sin embargo, es en la actualidad cuando se comienzan a ver los frutos tangibles de una estrategia de replantación masiva.
“Ahorita hay un repunte gracias a los programas de Sembrando Vida. Gracias a este programa es que más o menos la vida de la producción de los árboles de cacao se tiene a través de unos 5 años. Los árboles que se sembraron cuando empezó el programa, ahorita ya están teniendo su producción”, detalló la empresaria.
Este ciclo productivo significa que las primeras plantas establecidas al inicio de la administración federal actual están llegando a su etapa de madurez, generando un incremento en el volumen cosechado.
“Se está teniendo ahorita ya una producción un poquito mayor a lo que se tenía en el sexenio pasado”, afirmó Vélez
Proyectó que en dos o tres años Chiapas podría alcanzar e incluso superar los registros de producción más recientes.
Más allá de los números, Rebeca Vélez enfatizó un diferenciador crucial: la calidad superior del grano producido en la entidad.
Se atrevió a asegurar que el cacao de Chiapas posee “notas de cacaos finos de aroma”, una característica altamente valorada en el mercado internacional de chocolate gourmet.
“Esto quiere decir que muchos de los cacaos que buscan los compradores de, por ejemplo, Europa, que vienen a nuestro país a buscar para chocolatería fina, pues se vienen a Chiapas. ¿Por qué? Porque nuestros cacaos tienen esa calidad de excelencia”, declaró.
Este atributo coloca a la región en el radar de los mercados más exigentes del mundo.
Si bien la producción nacional aún está lejos de la de países líderes como Ecuador –que Vélez mencionó pasó de 300,000 a 500,000 toneladas en un año–, confía en que los programas gubernamentales están encaminando correctamente a México para recuperar terreno.
La transformadora de cacao hizo además una reflexión sobre el impacto del cultivo más allá de lo económico. Señaló la importancia de retomar terrenos que, tras ser usados para ganadería, perdieron la biodiversidad que alguna vez albergaron cultivos de cacao.
“Es importante volver a retomar el cultivo del cacao porque tiene importancia no solo en la cuestión de la soberanía alimentaria, sino en cuestión de crear otra vez esos microclimas, esa biodiversidad”, explicó. “No solo se trata de un solo microcultivo, sino también tener animales, plantas, flores, frutas, insectos. O sea, es una cuestión de vida”.
Para Rebeca Vélez y Cocop Chocolatería, el futuro del cacao en Chiapas es brillante, fraguado con el trabajo de los productores, la calidad del grano y una visión que entiende que sembrar cacao es, en esencia, sembrar vida.









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