Mundos diferentes

Annete Lewis

La muerte de Diego Armando Maradona deja entrever que, hasta aquellos defensores a ultranza de la empatía, terminan colocando la postura de un lado que puede ser positivo o negativo, pero de empatía nada.

Se transforma todo a la lucha entre quienes quieren hablar bien del ídolo, como quienes no pretenden ceder un ápice con la persona; la combinación es obvia, la necedad se vuelve en la bandera de un lado… o del otro.

Pero dejen que unos (incluido este espacio), probablemente sientan que pierden algo importante, que se les escapa un personaje que hizo futbolista al mundo, que se enrollaba constantemente en la bandera revolucionaria, que en el futbol se vuelve un partido de verdad, un duelo importante y en el que parecía manejarse mejor que con el balón.

Maradona es importante para el futbol, demostrando que sus logros en la cancha han trascendido de manera fundamental. Nadie esperaba que este día ocurriera pronto, nadie quería, nadie lo deseó nunca; pero, todos sabíamos que no estaba lejos.

Va a ser complicado.

Pero déjenme reclamarle igual, déjenme decirle a Maradona que odié su positivo en Estados Unidos, como aquella imagen en Italia, cuando la policía lo lleva esposado y que el futbol tuvo que prescindir de su presencia en la cancha.

Déjenme reclamarle por aquella ocasión en la que fue grabado en un acto de violencia familiar, o cuando fue el más ser humano de todos, no hay justificante, no existe argumento futbolístico para que se pueda exculpar a Maradona de sus actos viles, que los tuvo y los tuvo varios.

A ese Maradona pueden lincharlo… al futbolista no.

No existe ser humano que no tenga debilidades, que no cometa errores, él era Maradona y lo que para un humano común es un acto complicado, para Maradona es imperdonable.

Al futbolista no, no hay manera de intentar echar por tierra aquella pincelada ante los ingleses, aquellas mejor dicho. Le dicen “tramposo” por aquel gol con la mano, pero cuentan con detalle y alegría, como David con una honda derrotó a Goliat; no es que no sepan de futbol, es que son tan puristas con su afición, como en su vida, que no existe lugar a la picardía de un “enano” que superó a un “gigante”. Cosas del futbol, pero cada uno puede elegir si le parece bueno o malo.

Claro que hay que reclamarle a Maradona y mucho, pero al futbolista deben dejarle descansar en paz y más si de lo que se trata es únicamente decir cualquier cosa para hacerse notar.

IMAGEN DEL DÍA

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