Más mujeres que hombres solicitaron refugio en México en 2024
- ALEJANDRA OROZCO
- 19 jun
- 2 Min. de lectura
Tuxtla.- Cada 20 de junio, se conmemora el Día Mundial del Refugiado, que a diferencia de un migrante, es una persona que huye de su país de origen por causas como conflictos, violencia, persecución o violación a sus derechos humanos, mientras que el migrante suele hacerlo por motivos personales, como educación, búsqueda de mejores oportunidades laborales o reunirse con su familia.

Datos de la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR), arrojan que el año pasado, de las más de 14 mil personas que ingresaron a México, el 41 por ciento afirmó que México sería su destino final, cifra que creció frente al 26 por ciento registrado en 2023, por primera vez, las mujeres representaron la mayoría, con un 55 por ciento del total, además, aumentó el número de familias desplazadas, muchas con niños y adolescentes.
De estas cifras, el 53 por ciento indicó que salió de su país tras sufrir violencia directa, el 43 por ciento lo hizo por temor generalizado a la inseguridad, mientras que un 37 por ciento mencionó la falta de ingresos como motivo para migrar.
También se documentó que el 58 por ciento de los desplazados sufrió algún incidente de seguridad antes de llegar, un aumento respecto al 42 por ciento registrado en 2023, los delitos más comunes fueron robos, extorsiones, amenazas y secuestros, sobre todo en el norte del país, asimismo, el 83 por ciento de las personas no contaba con documentos oficiales mexicanos, lo que limita su acceso a servicios básicos y dificulta su protección legal.
Y es que México ha dejado de ser solo un país de tránsito y se ha convertido en un destino para miles que buscan refugio, aquí en la capital, desde hace un par de años, grupos de migrantes ocuparon campamentos en estacionamientos de centrales de autobuses, parques, en las inmediaciones del INM y debajo de puentes vehiculares, hoy ni uno de esos campamentos queda, se han ido mezclando con la población, otros han sido regresados a su país de origen, otros se esconden en cuartos rentados, intentando pasar desapercibidos.
“Venimos pasando unas necesidades que usted ni se lo imagina con mis hijos, nos las hemos visto fuerte,” señaló Digna, una de las migrantes sudamericanas que apenas hace unos meses permanecía en la capital, recibiendo apoyo de la sociedad civil que, en la medido aque pudo, les brindó ayuda humanitaria como alimentos, ropa, medicamentos, artículos de higiene, revisiones médicas o juguetes para sus hijos.
“Yo digo, pasé la selva seis días, y si pasé la selva seis días y voy por cinco, seis países, yo digo que puedo lograr más, a mis 49 años puedo lograrlo”, fueron las palabras de Yajaira, una más de las mujeres que hoy encabezan la estadística, y le dan a la migración una mirada femenina, una actividad que antes solo hacían los hombres, quienes dejaban su hogar en busca de mejores oportunidades, ahora se hace en familia, en grupo, muchas veces liderados por una mujer que les abre el camino hacia el norte.
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