No es nuevo, pero…

AFP
25 sept 2019
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Annete Lewis

El tema de los adeudos a entrenadores no es nuevo, en lo que al Indeporte se refiere y en la mayoría de los casos, se debe a que, en muchas ocasiones, es recurso federal el que se ocupa para cubrir estos sueldos y el proceso administrativo se retrasa; es decir, que a los entrenadores se las adeuden no significa que no haya para pagarles, sino que, normalmente los pagos suelen retrasarse.

Pero ahora que salió un señalamiento sobre los adeudos de tres meses en el Indeporte, no es que uno señale que existe el atraso en los pagos (mientras no sea negativa de pago no hay problema), sino que se supone que Tania Robles indicó hace un par de meses, en una entrevista, que era prioridad capacitar y aumentar la presencia de entrenadores para que los deportistas puedan continuar de manera correcta con su desarrollo, algo que queda en evidencia si se considera que, a pesar de que la intención es buena, es difícil de cumplir por cuestiones meramente administrativas.

Luego entonces, si el discurso inicial fue hablar de malas prácticas en el tema de los salarios para los entrenadores, que para esta administración haya adeudos habla de que, en su momento, Tania Robles desconocía el proceso y si aumentamos que en el discurso dice “conocer la problemática”, pues caemos en otra imprecisión. “Más pronto cae un hablador, que un cojo”, reza una frase que retrata la actualidad del deporte en Chiapas, pues la directora del Indeporte ni conocía la problemática y mucho menos tiene una solución para un tema administrativo.

Luego entonces, si el sistema ya alcanzó a la directora, ¿qué opinarán ahora los entrenadores?, porque si mal no recuerdo, en su momento manifestaron su alegría porque, se supone, se vivirían momentos de cambio en esta administración; sin embargo, ya les contamos que, si alguna integrante del gabinete es la menos identificada con la 4T, pues es la directora del Indeporte y en radio pasillo se habla de que ya le están buscando sustituto ante sus constantes muestras de inoperancia al frente del deporte. Porque ya ni su presencia engalana los eventos.