Sarahí Jiménez, abogando por los derechos de las trabajadoras
- ALEJANDRA OROZCO
- 27 mar
- 5 Min. de lectura
Tuxtla.- Seguimos conmemorando el Día Internacional de la Mujer durante todo este mes de marzo, por eso, Paulina y Sandra invitaron a este espacio a Sarahí Jiménez, una joven feminista, abogada con maestría, casi doctora, especialista en temas laborales y electorales que acaba de participar en uno de los foros del Pacto de Sororidad sobre los derechos laborales de las mujeres, y es que el 8M se da por la lucha de las mujeres trabajadoras, en busca de mejores oportunidades y salarios, en este espacio de diálogo para intercambiar conocimiento y puntos de vista, que se ha vuelto muy enriquecedor en la actualidad.

“Yo soy tuxtleca, desde la secundaria sabía que quería ser abogada, porque siempre era de esas niñas que les encantaba participar en todo, mi familia y amigos saben que he destacado en concursos de oratoria, cuento, poesía, todas las actividades extracurriculares me llamaban la atención, esta forma de expresar ideas me obligaba a conocer de varios aspectos, en la prepa por lo mismo fue becada, cuando salgo, la Universidad de Las Américas Puebla me da un reconocimiento y una beca para irme a estudiar fuera, solo viajaron por mi y fue sumamente gratificante,”, recordó.
Es así como se va a estudiar la licenciatura en Derecho, que debía concluir en 2018, pero venía adelantando materias y se graduó con gente de todos los niveles en diciembre de 2017, seis meses antes, ya con tesis y como parte del programa de honores que acababan de abrir, luego de que sus maestros veían características en ella y un nivel de inglés adecuado, por lo que la postularon, por ende, tenía que hacer un servicio al que le destinaba ciertas horas, que la llevó a trabajar con el doctor que la postuló por año y medio, aprendiendo cosas nuevas enfocadas en su carrera, así concluye con una tesis sobre hostigamiento y acoso laboral hacia el género femenino en México, siendo la única alumna en graduarse por esa modalidad, aunque tenía buen promedio, pues ese era su objetivo pese a que ya era mamá desde los 20 años, y hoy apenas va a cumplir 29.
“Formalmente, los derechos laborales de las mujeres están las normas, pero en la realidad se siguen viendo casos, aunque estén regulados por la Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia tanto federal como estatal, en 2012, esta figura de hostigamiento y acoso sexual se tipifica mediante el Artículo 3 bis, como violencia o agresión de forma vertical, que solo ejerce un superior jerárquicamente hablando en una empresa o donde se desarrollen a una subordinada, lo cual deja abierta la parte de la horizontalidad, también hay precedentes jurisdiccionales, en 2015 me topo con esas limitantes cuando estaba redactando mi tesis, solo había una tesis aislada pero no había el peso jurídico necesario para visibilizar esta situación”, mencionó.
Dice que es ahí donde hace falta poner énfasis, en los mecanismos dentro de las instituciones, que existan las vías y los medios para denunciar estos tipo de acoso, si bien la Norma 025 dice que debe haber buzones estratégicos para hacer las denuncias, es una norma orientadora, no es obligatoria o vinculativa, si tú como institución pública o privada tienes la voluntad de adoptarla tienes que cumplir ciertos requisitos, son demasiados pero son los idóneos para buscar esa igualdad sustantiva.

“En Chiapas, el Poder Judicial del Estado, la Secretaría de la Mujer e Igualdad de Género y la Secretaría de Finanzas son las tres únicas instituciones que la han adoptado, luego de cumplir con cada requisito que representa un puntaje, si hay trabajadoras con discapacidad, o indígenas, o mujeres en altos mandos, esto les va dando puntos, hay evaluaciones periódicamente y puedes volver a bajar o ya no estar, a veces por querer cumplir van a buscar a la hora, pero la idea es que realmente se haga efectivo, como debe ser, tener salarios equitativos, que se formalice, que no quede solo en papel, cuando tienes la intención, tienes que capacitar sobre erradicación de la violencia a tu personal, y los pueden visitar para entrevistarlos de manera aleatoria”, explicó.
Añadió que hubo una reforma a nivel federal el año pasado para tener sueldos equitativos sin distinción de género o sexo, pero falta armonizarlo con las leyes locales, en la realidad cuesta visibilizar esta desigualdad por temas de estereotipos que hemos arrastrado, a nuestras ancestras las han encasillado únicamente en el cuidado, o trabajan en lugares donde la remuneración no es adecuada pero les permite moverse, aún sin tener prestaciones, o el hecho de que les permitan tener a las infancias en la oficina pero bajo qué condiciones, para eso se necesitan líderes sindicales, para aplicarlo en el día a día.
“Hay que enfocarnos, contextualizar y antes de presentar un proyecto hacer un diagnóstico de cómo esté la situación, qué otros factores hay para atacar y resolver esa problemática, son contextos distintos, no puedes comparar a una mujer que sufre una agresión interna y aparte la presión de que si no llega a trabajar la pueden despedir, o si tiene agravantes como ser discapacitada, no es solo una abogada o investigadora, es el conjunto, todas tenemos algo que aportar, que haya un por qué y el efecto que va a producir, de ese diagnóstico puede salir otra problemática que no conocíamos o no estaba regularizada”, aportó.

Y es que, coincidieron, cada mujer vive condiciones y situaciones diferentes, como dice la maestra Marcela Lagarde, considerada como la madre de las feministas en América Latina, por su impulso tenemos el concepto de feminicidio, la ley, ella enseñó a nombrar muchas cosas que se viven y así generar estrategias, ella pudo legislar a favor de las mujeres cuando fue diputada, es una gran impulsora del movimiento, por eso Sarahí invita a que nos sigamos preparando como mujeres, ya que no hay límites, las responsabilidades son compartidas cuando se está en un matrimonio, ella tiene una niña de 9 y un niño de 5 años.
Paulina añadió que ella no tiene hijos, por lo que tiene una menor carga, pero quienes sí los tienen y aparte estudian un doctorado o investigan, como Sarahí, es una gran diferencia, para ellas va su admiración, le admira cómo les da el tiempo, cómo deben levantarse a las 5:30 de la mañana para cumplir con todos sus roles, a Pau eso le da roña, ella decidió no tener hijos, pero admira el trabajo de hacer varios roles, a quienes son académicas, abogadas, mamás o atienden la casa.
“Lo que le falta son horas al día, cuando vienes a ver ya es de noche, la organización es un punto clave, eso y la red de apoyo, yo estudio el doctorado en Derecho en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Unach, solo quedamos tres y somos mujeres, ninguna va a soltar la toalla, mi vida se compone por momentos de trabajo, el doctorado, las tareas, los hijos, el marido, pero sin esa red de apoyo no podría, yo aprovecho el tiempo para avanzar, pero también te cansas, se trata de volver a agarrar esa energía después de un colapso”, finalizó; la puedes encontrar como Adriana Sarahí Jiménez en Facebook, y en Instagram y Tiktok como Sarahí Jiménez.









Comentarios