Tiburones con dientes corroídos: la alarmante señal de un océano cada vez más ácido
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CDMX.- Un nuevo estudio revela que incluso los dientes de los tiburones, símbolos de fuerza y perfección evolutiva, empiezan a mostrar signos de deterioro ante la creciente acidificación de los océanos. El hallazgo plantea preguntas inquietantes sobre la supervivencia de los grandes depredadores marinos y el impacto del cambio climático en toda la cadena alimentaria.

Durante millones de años, los tiburones han reinado en los mares como depredadores implacables gracias a su dentadura afilada y resistente. Pero un enemigo invisible amenaza esta ventaja evolutiva: el exceso de dióxido de carbono que acidifica progresivamente las aguas. Una investigación alemana alerta de que, si las emisiones continúan al ritmo actual, en el año 2300 sus dientes podrían estar tan dañados que comprometerían su capacidad de caza.
El proceso silencioso de la acidificación
Los océanos absorben aproximadamente una cuarta parte del CO₂ que emitimos. Ese gas, al disolverse en agua, genera ácido carbónico y reduce el pH. Actualmente se sitúa en 8,1, pero las proyecciones del IPCC estiman que podría descender hasta 7,3 hacia el año 2300. Aunque la diferencia numérica parezca mínima, supone una alteración química de gran magnitud con efectos en cascada para la vida marina.
Los dientes bajo el microscopio
El estudio se realizó en el acuario Sealife de Oberhausen, donde se recogieron dientes desprendidos de forma natural por tiburones de puntas negras. Los investigadores los dividieron en dos grupos: uno expuesto a agua con el pH actual (8,2) y otro a agua acidificada artificialmente hasta 7,3, para simular el escenario futuro.
Tras días de exposición, las imágenes microscópicas mostraron un deterioro evidente en los dientes sumergidos en agua ácida: raíces con un 8,2 % de corrosión frente al 5,3 % del grupo control, coronas con grietas y superficies rugosas. Incluso las filas secundarias, fundamentales para desgarrar presas, se degradaron.
Consecuencias para la supervivencia
Para un tiburón, un diente dañado no es solo un problema estructural, sino una amenaza vital. Dientes menos afilados reducen la eficacia al cazar, obligando al animal a gastar más energía para alimentarse. Esto podría afectar su crecimiento, reproducción y, en última instancia, la estabilidad de poblaciones enteras. Y dado que los tiburones ocupan la cima de la cadena alimentaria, su debilitamiento tendría consecuencias para todo el ecosistema marino.
¿Pueden defenderse los tiburones?
Conviene matizar que el experimento se realizó con dientes desprendidos, sin tener en cuenta los mecanismos de regeneración propios de un tiburón vivo, que reemplaza miles de piezas a lo largo de su vida. Otros estudios sugieren que ciertas especies podrían compensar parcialmente los daños. Sin embargo, la investigación demuestra que ni siquiera el esmalte de fluoroapatita, más resistente que el de los humanos, es inmune a la acidificación.
Una advertencia más del cambio climático
El hallazgo es un recordatorio contundente de que los efectos del CO₂ no solo calientan el planeta, también transforman la química de los océanos. Si los depredadores marinos más resistentes ven amenazada su principal arma, es inevitable preguntarse qué ocurrirá con el resto de especies menos preparadas. Los tiburones, guardianes de la salud oceánica, se convierten así en un símbolo de lo que está en juego.
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