Una buena lección
- AFP
- 9 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Annete Lewis

Entonces ¿sí estaba en lo correcto Gattuso en el Nápoles con Lozano o no?
Se hizo mucho escándalo de cuando a Lozano lo corrieron de un entrenamiento, a la gente, principalmente los millones de aficionados de ocasión que obtienen título de “opinólogos” cuando abren su cuenta de Twitter y que pueden convertirse en “justicieros” dentro del futbol con toda la sapiencia que les otorga ver juegos desde su sillón. A veces sin poder percibir lo que pasa en el entorno y seguramente con ese patriotismo que muchas veces deja por un lado la razón, se enrollan en la bandera y se lanzan para sacrificarse, si es necesario, con tal de evidenciar qué es lo que sucede.
Hirving Lozano no tuvo la carrera más ejemplar en fuerzas básicas, muchos hablan de su indisciplina (que no llegaba a extremos), pero que muchas veces si existía la necesidad de disciplinar; era un proceso formativo, claro está, pero en el futbol difícilmente se deja de aprender y más cuando, como no se explica en la mayoría de las ocasiones, hay que tener un comportamiento ejemplar.
Nápoles tiene una característica cuando se habla de futbol, es una ciudad que fue tocada por la magia de Maradona en sus mejores tiempos, que sabe reconocer al que se entrega a los colores y que se radicaliza cuando de sudar la camiseta se habla. Ahora hay que imaginar lo que debe pasar si te convertiste en la contratación más cara de ese equipo en su historia.
Gattuso claro que lo reconoce, el que era uno de los más férreos medios de contención del mundo en su etapa como activo en la cancha y que encarna el “catenaccio” más puro, no puede dejar pasar los detalles que han conseguido poner a los napolitanos en el mapa futbolero y eso lo va a trasladar a la cancha.
Por eso, cuando Gattuso trató de disciplinar a un chico que, si bien le anotó un gol a Alemania en el mundial, no ha demostrado que su llegada al conjunto napolitano y su costo, además, está justificada y ahí es donde entra la mentalidad de la que hablaba Juan Carlos Osorio, esa que muchos dicen que nos sobra por haberle ganado a Alemania pero que nos ha faltado, por ejemplo, ante Estados Unidos en el 2002.
Lozano tiene gran nivel, pero llegó el momento de ponerlo al servicio del equipo, de cumplir con las misiones que le encarga el entrenador, porque no es Messi como para pensar que puede solo en un deporte que cada vez es más de conjunto, como nunca quizá.
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