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Se puede cambiar la historia de los mares 

EDITORIAL



¿Alguna vez te has preguntado de dónde viene el pescado que llega a tu mesa? Detrás de cada filete de pescado o platillo de mariscos hay una compleja historia que involucra a más de dos millones de familias mexicanas. La pesca no solo es vital para la economía de nuestras costas; también es esencial para la seguridad alimentaria de todo el país y la salud de nuestros océanos. El sector pesquero sostiene parte de la economía de las comunidades costeras mientras provee una de las proteínas más sustentables del planeta. No obstante, enfrenta grandes desafíos: desde la pesca ilegal hasta los efectos de la crisis climática. Ante este panorama, Oceana ha desarrollado diez propuestas para transformar la pesca en México durante los próximos seis años, enfocadas en convertir al sector pesquero en uno más competitivo, social y ambientalmente justo. Primeramente, combatir la pesca ilegal de manera efectiva. El problema es alarmante: 40% de la pesca en México podría ser ilegal, el doble del promedio mundial. Esto afecta directamente a quienes pescan siguiendo las reglas. La solución requiere una estrategia coordinada entre todas las instituciones involucradas y el uso de tecnología moderna para el monitoreo de embarcaciones. Dos, recuperar las pesquerías deterioradas. Actualmente, 34% de nuestras pesquerías están en deterioro. Esto significa menos peces disponibles para las comunidades pesqueras y menos alimento para la población. Es urgente desarrollar planes de manejo que permitan la recuperación de estos recursos. 3. Crear el Reglamento de la LGPAS. Aunque parezca increíble, la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables (LGPAS), que existe desde 2007, aún no tiene un reglamento para garantizar si implementación. Es como tener una cafetera sin manual de operación. Necesitamos estas reglas para que todos sepan cómo operar correctamente. 4. Saber quién es quién en la pesca. Es fundamental crear un censo nacional de personas pescadoras y un padrón transparente que nos permita conocer realmente quiénes integran el sector. Esto ayudará a dirigir mejor los apoyos y programas gubernamentales. 5. Más ciencia para mejores decisiones. La pesca necesita basarse en evidencia científica sólida y actualizada. El Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura debe fortalecerse para generar información confiable que guíe las decisiones sobre cuánto y cómo pescar. 6. Seguir el camino del pescado. Implementar un sistema de trazabilidad permitirá saber de dónde viene cada pescado y marisco que llega a nuestra mesa. Esto no solo combate la pesca ilegal, sino que también abre puertas a mercados internacionales. 7. Dar voz a las comunidades pesqueras.

Es necesario activar los Consejos Estatales de Pesca, espacios donde pescadores y autoridades pueden dialogar y tomar decisiones juntos. Actualmente, solo funcionan nueve de los 17 que deberían existir. 8. Proteger las zonas de crianza. Las Zonas de Refugio Pesquero (ZRP) son áreas donde los peces pueden reproducirse y crecer. Son como “guarderías marinas” que ayudan a mantener poblaciones saludables de peces. Es crucial aprobar las solicitudes de creación de ZRP que ya han presentado comunidades pesqueras y fortalecer este modelo de protección. 9. Cumplir compromisos internacionales. México se ha comprometido internacionalmente a proteger el 30% de sus mares para 2030 y a implementar medidas contra la pesca ilegal. Cumplir estos compromisos nos beneficia a todas y todos. 10. La pesca como clave para la alimentación. Los productos del mar son una fuente excepcional de proteína y tienen una huella ambiental mucho menor que otras opciones. Producir pescado genera cuatro veces menos gases de efecto invernadero que la carne roja. Los océanos mexicanos además de ser destinos turísticos o fuentes de alimento, son el hogar de tradiciones centenarias, de familias que por generaciones han aprendido a leer las mareas, de comunidades que mantienen viva nuestra conexión con el mar. En cada red que se lanza, en cada embarcación que zarpa al amanecer, en cada pescado que llega a nuestras mesas, hay historias de esfuerzo y conocimiento ancestral. Estas diez propuestas, además de ser un plan para mejorar un sector económico, son un camino para proteger un patrimonio vivo que conecta nuestro pasado con nuestro futuro. La pesca en México es el sustento de millones, pero también es cultura, es tradición y es parte fundamental de nuestra identidad como nación. Transformar la pesca significa reconocer y valorar esta riqueza que va más allá de los 11,000 kilómetros de nuestras costas. Es apostar por un futuro donde los océanos sigan siendo fuente de vida, donde las comunidades pesqueras prosperen y donde las próximas generaciones hereden mares abundantes y saludables.

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